La convocatoria, que generó aparente confusión por lo inusual que resulta convocar a los mandos del ejército, está destinada a que Hegseth exponga la nueva visión que la Administración Trump tiene de la cartera, a la que se acaba de rebautizar como Departamento de Guerra.
Washington.— Una inusual reunión con cientos de altos mandos de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos ha sido convocada para la próxima semana por el secretario de Guerra, Pete Hegseth, con el objetivo de exponer la nueva ética militar que impulsa el Gobierno del presidente Donald Trump.
La cita ha generado confusión en distintos sectores debido a lo poco común de reunir a tantos mandos militares de forma simultánea. No obstante, fuentes oficiales indican que el propósito es presentar formalmente la nueva visión estratégica del Pentágono, rebautizado recientemente como Departamento de Guerra.
Esta decisión forma parte de una serie de acciones orientadas a promover lo que Hegseth y Trump han denominado “la ética guerrera”, una doctrina que busca reforzar una actitud más rígida y combativa en las filas militares.
Uno de los pilares de esta visión incluye la eliminación de políticas relacionadas con la diversidad, equidad e inclusión (DEI), las cuales han sido blanco de constantes críticas por parte de la actual administración.
"Se trata de mostrar la nueva imagen de las Fuerzas Armadas bajo la presidencia actual", declaró un funcionario de la Casa Blanca a CNN. El medio, junto a otros, ha citado fuentes cercanas que confirman el trasfondo ideológico de la convocatoria.
Veterano del Ejército de Tierra, Hegseth ha expresado públicamente su rechazo a lo que considera una infiltración de ideologías liberales en la cultura militar de EE.UU.
Desde que asumió el cargo, el secretario ha destituido a varios altos oficiales y anunció en mayo su intención de reducir en al menos un 20 % la cantidad de generales y almirantes de cuatro estrellas.
Por ello, se presume que esta convocatoria no solo busca alinear a los mandos con la nueva doctrina, sino también podría marcar el inicio de nuevas purgas dentro de la estructura militar estadounidense.