La oficina de Netanyahu informó del nombramiento por un periodo de cinco años y por unanimidad de este militar, que sustituye en el cargo a Ronen Bar
La oficina de Netanyahu informó del nombramiento por un periodo de cinco años y por unanimidad de este militar, que sustituye en el cargo a Ronen Bar, cuyo despido fue declarado en principio como ilegal por el Tribunal Supremo de Israel.
Sin embargo, la destitución fue finalmente avalada por una comisión de nombramientos, que rechazó los argumentos en su contra por conflicto de intereses, dado que el Shin Bet investiga casos de corrupción que afectan al primer ministro.
La oficina de Netanyahu afirma que Zini, con una larga carrera en el Ejército, ha ocupado diversos puestos operativos y de mando, y destaca su "pensamiento crítico", su capacidad para adaptarse a una realidad cambiante y su experiencia en la formación y operación de fuerzas.
Este martes, en previsión del nombramiento, la Fiscalía expuso que Zini deberá consultar al asesor legal del Shin Bet antes de tratar cualquier asunto relacionado con Netanyahu, según un documento divulgado por medios israelíes.
Dicho documento se basa en el dictamen de la comisión de nombramientos que dio luz verde a la designación. Esta comisión advirtió que Netanyahu realizó en el pasado solicitudes inapropiadas a ex jefes del Shin Bet, incompatibles con un régimen democrático.
De hecho, una de las razones por las que el Supremo declaró ilegal el despido de Ronen Bar fue que el Shin Bet está investigando el caso conocido como 'Catargate', una presunta trama de corrupción relacionada con miembros de la oficina de Netanyahu y sus conexiones con Catar.
El Shin Bet, también conocido como Shabak, es la agencia de inteligencia interior de Israel, responsable de la seguridad nacional, la prevención del terrorismo, el contraspionaje y la protección de altos funcionarios del Estado. Fundado en 1949, opera bajo la autoridad del Primer Ministro, aunque está sujeto a supervisión parlamentaria y judicial.
A lo largo de su historia, el Shin Bet ha sido clave en operaciones contra grupos armados palestinos, células terroristas internas y amenazas contra la estabilidad del Estado israelí. Sin embargo, su accionar ha generado polémicas por presuntas violaciones de derechos humanos, especialmente en interrogatorios y operaciones encubiertas en los territorios ocupados.
En ese contexto, el papel del Shin Bet ha cobrado especial relevancia, ya que algunas de sus investigaciones alcanzan a personas cercanas al primer ministro. Esto ha despertado preocupaciones sobre posibles interferencias políticas en la institución y sobre el uso de nombramientos estratégicos como forma de controlar organismos clave para el Estado de derecho.