SANTO DOMINGO ESTE, República Dominicana.- Por más de 26 años Epifania Alcántara cuida de los envejecientes, dándoles amor y sobre todo un hogar llamado Casa de Dios.
En silla de ruedas y con mirada triste y rostro alegre, Zoila Rosa María, cuenta lo feliz y conforme que está con la vida en estos momentos.
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Como ella hay varios envejecientes que viven en este geriátrico, aunque a veces sus miradas se pierden en el horizonte están allí y necesitan cuidados especiales.
Con esa labor de años, Epifania Alcántara lleva un largo tiempo tratando con personas de la tercera edad y dice que solo el amor hacia esos seres que están desprotegidos es lo que la inspira a trabajar con ellos.
Cuenta que no posee recursos y que el Estado no le brindado apoyo para poder tener el hogar en mejores condiciones.
Con ojos entristecidos Epifania dice que el centro tiene seis envejecientes, ya que llegan se les brinda atenciones, pero luego parten a veces para siempre.
Afirma que la tercera edad se torna más difícil, porque no es llevada con amor. Porque en el proceso de la vida se van perdiendo capacidades y el ser humano vuelve a ser niño.
Un lugar humilde, pero el amor llena cada espacio donde cada envejeciente solo pide escuchar la voz de sus seres queridos.