Ciudad del Vaticano.-El papa Francisco lamentó hoy las palabras de esperanza y gratitud aparentes que suelen expresarse por el Año Nuevo, “aplastadas” por los intereses personales, criticó en la última misa del año en la basílica de San Pedro del Vaticano.
El pontífice sostuvo que la fe permite “vivir de un modo diferente a la mentalidad mundana” esta última tarde del año, con “gratitud y esperanza”, algo que no siempre ocurre.
“Todos agradecen, todos esperan, creyentes y no creyentes. En realidad, la gratitud y la esperanza mundanas son aparentes. Falta la dimensión esencial de la relación con el Otro y los otros, con Dios y los hermanos. Están aplastads por el yo, por el interés”, alegó.
Esperanza e integración
El papa, como obispo de Roma, también dedicó parte de su homilía a reflexionar sobre la Ciudad Eterna a un año de que comience un Jubileo que brindará el perdón de los pecados a los peregrinos del mundo (se espera la llegada de unos 35 millones durante todo 2025).
Por eso, recordó que el cristiano debe ser ante todo un “peregrino de esperanza” y sostuvo que esta cualidad debe impregnar “un estilo de vida” que refuerce la “cualidad ética y espiritual de la convivencia”.
“La pregunta se puede formular así: ¿estamos obrando cada uno en nuestro ámbito para que esta ciudad sea símbolo de esperanza para quienes la habitan y la visitan?”, planteó el pontífice ante el alcalde de la ciudad, Roberto Gualtieri, en primera fila.
Francisco puso como ejemplo la columnata que Bernini construyó en el siglo XVII para la plaza de San Pedro en forma de abrazo: “Dentro se mueven libre y serenamente personas de todas las nacionalidades, culturas y religiones, una experiencia que infunde esperanza”, alabó.