Son muchos los talleres realizados, así como las estadísticas y los diagnósticos recopilados sobre esta problemática que lleva luto, sufrimiento y dolor a muchos hogares y familias, pero el esfuerzo no ha permitido conformar una política que permita poner término o cuando menos frenar drásticamente tantas muertes de mujeres a manos de sus parejas.
Si bien la lucha efectiva para prevenir este tipo de muertes tiene que ir más allá de las cifras, o sea del mecanismo mediático de cada cierto tiempo presentar porcentajes no siempre confiables sobre supuestas disminuciones, los registros contables y los informes de reputadas entidades deben servir de advertencia y crear mayor conciencia sobre real incidencia de los feminicidios.
Por esa razón ha causado gran preocupación que con relación a este flagelo, la República Dominicana se encuentra en la quinta posición a nivel de América Latina y el Caribe con un promedio de 177 por año, superada sólo por Honduras con 466, El Salvador, donde alcanza 371, Argentina con 254 y Guatemala, donde llega a 211, según una investigación del Centro de Estudios de Género del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (CEG-INTEC).
En un pormenorizado análisis presentado a propósito de haberse conmemorarse el 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer, la entidad sostiene que “más allá de la violencia de género, que año tras año deja una estela de muertes en la República Dominicana, las mujeres son víctimas de las desigualdades desde su nacimiento hasta la vejez.
Contrario algunos informes oficiales, el estudio independiente sostiene que las cifras de feminicidios, como dimensión más visibilizada de la violencia han tenido una tendencia de aumento durante 12 años, en el periodo 2005-2017. El análisis estableció que a noviembre del pasado año se tenían 170 feminicidios y homicidios de mujeres, de los cuales se destacan 83 que define como “feminicidios íntimos”.
El estudio, que tiene por título “Desigualdades entre mujeres y hombres en todos los ciclos de vida, evidencian exclusión social en la República Dominicana”, plantea que se requiere de esfuerzos más efectivos y enérgicos para avanzar hacia la igualdad, sobre todo en la defensa de los derechos de las mujeres.
En ese sentido, se pone un énfasis especial en la necesidad de una paridad en la participación política, el disfrute de una vida libre de violencia, y a la salud sexual y reproductiva, la educación integral en sexualidad, así como el acceso al empleo en igualdad de condiciones y a la no discriminación en materia salarial.
Otro aspecto que merece detenida atención es el señalamiento de que las mujeres son víctimas de las desigualdades desde su nacimiento hasta la vejez, ya que las personas con mayores dificultades de acceso al mercado laboral son las féminas con más de 60 años, lo cual constituye un inadmisible mecanismo de exclusión que crea inequidad social y vulnera derechos.
Se impone una acción coordinada de educación y orientación que debe comenzar en el hogar y la familia para combatir este mal en su génesis, porque por ejemplo los embarazos de menores no solo tronchan el futuro y desarrollo humano de jóvenes adolescentes, sino que además las sitúa indefensas frente a hombres irresponsables y desaprensivos que abusan de ellas. Evitemos, pues, que la violencia contra la mujer se condense en una cifra terrible que aumenta sin control.