Después de leer minuciosamente la auditoria de la OMSA, con réplicas de sus ex incumbentes y contraréplicas de la Cámara de Cuentas, con numerosos cuadros explicativos, algunos hasta en colores, 97 páginas de experticio, visitas a empresas, indagatorias sobre la relación entre proveedores y funcionarios, valoraciones de comparaciones de precios y otros métodos de compras y contrataciones, en fin, un trabajo aparentemente exhaustivo, me pregunto ¿y la auditoría que realizarían de la OPRET, dónde está y que se ha hecho?
Lo triste es que para la Cámara de Cuentas y la Procuraduría, el trabajo ya estaba adelantado.
El Informe descubrió y presentó al país cómo nueve empresas vinculadas al ex director de la OPRET, el ingeniero Diandino Peña, le fueron otorgados contratos multimillonarios, alzándose con más de 4.6 mil millones de pesos, mediante comparaciones de precios amañadas.
Solo dos de estas compañías lograron acaparar 132 contratos, arrojándoles beneficios por más de mil 600 millones.
La estructura familiar incluía un cuñado a la cabeza, un hijo, un yerno, entre otros allegados que formaban parte de una estructura, con accionistas y direcciones de empresas en común.
En cada comparación de precios competían entre dos y cuatro de las compañías relacionadas, por ende era difícil que no resultara beneficiada una de las vinculadas al ingeniero Peña. Más aun, siempre ganaban con el precio al dedillo, con una diferencia de centavos o de unos pocos miles de pesos de lo presupuestado por la institución.
En ocasiones las ofertas de las comparaciones de precios llegaban antes que la fecha de las cartas de invitación para la construcción de la obra. Además, qué decir de los logos en los papeles timbrados de las empresas que participaban, que eran como un arcoiris, cambiando de mes en mes, al parecer cuando se iba agotando la tinta de la impresora.
¿Y qué se ha investigado sobre las finanzas del Ingeniero Peña?
Tres de sus empresas Offshore aportaron más de 21 millones de dólares o 788 millones de pesos, entre 2010 y 2012, para la construcción de la Torre Silver Sun. Peña no pudo demostrar a El Informe de dónde provinieron estos recursos, especialmente cuando casi todas sus empresas, año tras año, declaraban ser inoperantes o reportaban pérdidas.
A casi un año de nuestra primera investigación, qué se ha hecho?
¿Es que no hay material suficiente para hacer una auditoría bien hecha sobre lo que ocurrió a puertas cerradas en el feudo de la OPRET?
¿Es que no hay voluntad política para investigar?
¿Es que el que tiene padrino es el que se salva?
¿O es que tenía que haber un muerto, como pasó en la OMSA, para que investigaran?