PEKÍN.- Las autoridades de Taiwán denunciaron hoy el hackeo de varias cadenas de tiendas e instalaciones gubernamentales el miércoles en coincidencia con la presencia en la isla de la presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi, quien fue blanco de insultos en pantallas digitales públicas.
La Oficina de Investigación Criminal considera que se trató de ciberataques desde direcciones IP de internet desconocidas e investiga el origen del incidente, informó la agencia oficial taiwanesa CNA.
En las pantallas digitales de varias tiendas de la cadena 7-Eleven aparecieron mensajes de «Pelosi, pendenciera, vete de Taiwán» que según los responsables de la compañía procedían de fuera de su sistema.
Lo mismo ocurrió en la estación de tren de Xinzuoying, en Kaohsiung, y en una oficina municipal de Jushan (centro), donde el mensaje que se vio en pantallas publicitarias se refería a la política estadounidense como «vieja bruja».
La Administración de Ferrocarril de Taiwán ha apagado temporalmente estas pantallas y se mantiene alerta para evitar otros ataques en su sistema de pasajes y las pantallas de información sobre los horarios de los trenes.
El director de la Comisión Nacional de Comunicaciones de Taiwán, Chen Yaw-shyang, aseguró que las investigaciones preliminares determinaron que las compañías afectadas por el ataque usaban software chino en sus sistemas de pantallas digitales y consideró que dicho software podía contener «puertas traseras» u otros canales que les habrían hecho vulnerables a este tipo de intrusiones.
Los incidentes ocurrieron un día después de que el sitio web de la Presidencia de Taiwán quedara temporalmente fuera de servicio también debido a un ciberataque externo.
Todo ello ocurrió en medio de la polémica por la visita, ayer, de Nancy Pelosi a Taiwán, que no estaba anunciada oficialmente y ha provocado la indignación del Gobierno chino, que está respondiendo con sanciones comerciales sobre la isla y un gran despliegue de maniobras militares en sus aguas circundantes.
Durante su estancia de menos de 24 horas, Pelosi prometió que EE.UU. «no abandonará» a Taiwán, elogió el sistema democrático del territorio y fue condecorada por la presidenta, Tsai Ing-wen.
El viaje supuso la primera visita de un presidente de la Cámara de Representantes de EE. UU. a Taiwán desde 1997, cuando el republicano Newt Gingrich visitó la isla. También es la visita de mayor nivel por parte de un representante estadounidense desde esa fecha, si bien varias delegaciones de congresistas han pasado por allí en los últimos meses.
China, que reclama la soberanía sobre Taiwán y considera el viaje una provocación con la que el país norteamericano viola el statu-quo existente sobre este territorio, uno de los mayores motivos de conflicto bilateral.
Washington es el principal suministrador de armas de la isla y sería su mayor aliado militar en caso de conflicto bélico con el gigante asiático, que no renuncia a reunificar Taiwán al considerarlo una provincia rebelde desde que los nacionalistas del Kuomintang se replegaron allí en 1949, tras perder la guerra civil contra los comunistas.