PUERTO PRÍNCIPE.- La tercera jornada de huelga general en Haití transcurre este miércoles con algo más de actividad que las dos anteriores, con mayor número de personas en las calles de la capital, por las que ya circulan algunos vehículos de transporte colectivo tras varios días de ausencia.
La presencia de la Policía Nacional también ha aumentado considerablemente, vehículos de las fuerzas de seguridad patrullan con efectivos fuertemente armados por un Puerto Príncipe aún alejado de la normalidad a causa de la carestía de combustible que, junto con la violencia de las bandas, ha motivado el paro de tres días.
A pesar del evidente refuerzo policial con respecto a días anteriores, desde la institución señalan que «la misión de la Policía Nacional de Haití es servir y proteger y siempre están en las calles», dijo a Efe la portavoz del cuerpo, Marie Michel Verrier.
El parque empresarial Sonapi, cercano al aeropuerto, estaba operativo esta mañana; en la zona de Pétion-Ville algunos supermercados abrieron sus puertas al público y más vendedores ambulantes se decidieron a ofrecer nuevamente sus productos en los lugares habituales.
El jefe de la Fuerza Sindical para Salvar a Haití (Fosa), Jacques Anderson Desroches, se mostró satisfecho con el nivel de seguimiento de la huelga que, a su entender, demuestra «la conciencia general de la población, que está de acuerdo y entiende lo justo de las reivindicaciones».
«El problema de la inseguridad es eminentemente político», señaló el líder sindical en declaraciones Efe, «una herramienta política y económica» y «si el Estado no hace nada, la situación será extremadamente grave», porque en este momento el país está «casi en una guerra civil», aseveró.
Asimismo, afirmó que «el Estado miente. El Estado dice que hay combustible en las terminales. Dice que son las bandas las que impiden su distribución. El Estado debe asumir sus responsabilidades para que la gente pueda encontrar combustible. El Estado nos miente», insistió.
El desabastecimiento de combustible persiste, según las autoridades, debido al bloqueo a la distribución que ejerce el grupo armado G9 Fanmi e Alye.
El líder de la banda, Jimmy Cherizier, alias Barbecue, lanzó el martes un chantaje al Gobierno poniendo la dimisión del primer ministro, Ariel Henry, como condición para permitir la distribución de combustible en el país.
Empresas, comercios, instituciones y hospitales usan generadores eléctricos alimentados por derivados de petróleo y desde hace semanas se están viendo afectados por la carencia de combustible, que ya a ha llevado a suspender el servicio en 50 centros sanitarios del país y está afectando a las telecomunicaciones.