DAJABÓN.- Debido a la crisis en el vecino país, que se agudiza cada día más cientos de haitianos prefieren vivir en el nordeste de esa nación por la facilidad de obtener productos para alimentar su familia en los mercados fronterizos y al mismo tiempo huyendo del clima de protestas que se han realizado desde hace más de un mes en Haití, en demanda de la renuncia de Jovenel Moise.
Las protestas, que han elevado la inseguridad en la nación caribeña, de 10 millones de habitantes, y han provocado un clima de caos e incertidumbre, se producen en medio de una severa crisis que ha golpeado a su ya de por sí deteriorada economía y que se ha visto agravada por la fuerte depreciación de la moneda oficial, el gourde.
También por la crisis de electricidad derivada de la escasez de gasolina. En 2018, Haití creció apenas un 1,4%, una de las tasas más bajas de la región y muy por debajo del 2,2% que se pronosticó a principios del pasado año. En 2010 la economía haitiana se vio colapsada por un fuerte terremoto que causó miles de muertos y redujo a escombros Puerto Príncipe. En 2016, otro desastre natural, el huracán Matthew, dejó más de 1.000 fallecidos y volvió a azotar el débil sistema de infraestructuras haitiano.
Los manifestantes también exigen justicia en las supuestas irregularidades en el programa Petrocaribe —a través del cual Venezuela suministra petróleo a varios países americanos a precios ventajosos a cambio de apoyo político y del que Haití comenzó a formar parte en 2008—. Una auditoría presentada la semana pasada por el Tribunal de Cuentas reveló irregularidades entre 2008 y 2016 en este programa y señaló a 15 altos cargos del Gobierno por este caso, informa Efe. También a una empresa que dirigía Moise antes de acceder a la presidencia, en 2017.
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