Redacción.- Investigadores de la Universidad Nacional Australiana (ANU) descubrieron una capacidad desconocida hasta ahora de un grupo de células del sistema inmunitario, llamadas células B atípicas (ABC), para combatir enfermedades infecciosas como la malaria.
El descubrimiento, publicado en la revista Science Immunology, aporta nuevos conocimientos sobre la forma en que el sistema inmunitario combate las infecciones y acerca a los científicos un paso más al aprovechamiento de las defensas naturales del organismo para combatir la malaria.
Las ABC se han asociado desde hace tiempo con la malaria, ya que los pacientes con esta enfermedad tienen más de estas células en su organismo que la población general.
«En este estudio, queríamos entender los mecanismos que impulsan la creación de ABC en el sistema inmunitario, pero también averiguar si estas células son buenas o malas para nosotros a la hora de combatir las infecciones», explica el autor principal Xin Gao, de la universidad australiana.
Aunque se sabe que las ABC contribuyen a las enfermedades inflamatorias crónicas y a la autoinmunidad, los responsables de este estudio constataron una capacidad desconocida hasta ahora de estas células para combatir enfermedades.
En este sentido, las ABC son como un arma de doble filo, resume un comunicado de la ANU.
La investigación halló que las ABC también son fundamentales en el desarrollo de las células T auxiliares foliculares, que generan potentes anticuerpos que ayudan al organismo a combatir los parásitos de la malaria.
En 2022, el paludismo mató a más de 600.000 personas en todo el mundo, recuerda el comunicado.
Aunque la enfermedad se puede prevenir y curar, los científicos se enfrentan a una ardua batalla para encontrar tratamientos duraderos, puesto que los parásitos de la malaria siguen encontrando nuevas formas de crear resistencia a las terapias actuales.
Utilizando tecnología de edición genética en ratones, los investigadores de la ANU comprobaron que un gen llamado Zeb2 es crucial para la producción de ABC.
«Descubrimos que la manipulación del gen Zeb2 interrumpía la creación de ABC en el sistema inmunitario. Y lo que es más importante, vimos que los ratones sin el gen Zeb2 eran incapaces de controlar la infección palúdica», señala Ian Cockburn.
Por tanto, los resultados demuestran que el ABC desempeña un papel crucial en la lucha contra la malaria, concluyen los autores.
Además, afirman que dirigirse a las ABC también podría allanar el camino hacia nuevos tratamientos para ciertas enfermedades autoinmunes como el lupus.