Por: Héctor de la Cruz
SANTO DOMINGO.- Rostros que no podían ocultar el cansancio, días sin ver su familia y exponiéndose al peligro aun sabiendo lo que podía ocurrir fueron solo algunas de las situaciones que tuvieron que enfrentar los héroes anónimos que trabajaron en la explosión ocurrida este lunes en San Cristóbal.
El deseo de servir está por encima de peligro, así lo expresaron algunos voluntarios que visiblemente entristecidos, narraron su historia.
“La situación es difícil, tú llegas a casa, pero piensas en toda esa gente que no llegara”, dijo el bombero Deivi Figuereo.
“Mi papa me dio un abrazo, y me dijo tu tienes que ir a ayudar, pero recuerda que te queremos que vuelvas a casa”, sostuvo José Alberto paulino, miembro de la Defensa Civil.
Pero las lesiones no detienen el deseo de dar más y este sábado, Deivi aun con algunos dolores seguía de servicio.
“Yo tengo los pies pelados y mis compañeros, pero aquí seguimos”, relató Figuereo.
La mayoría llega desde muy jóvenes a los organismos de socorro como voluntarios, pero cuenta que cada caso es diferente y está vez la tragedia fue en casa.
“Duro es cuando conoces esa persona y sabes que debes informar a la familia, gente que tu conoces”, declaró Bolívar Tiburcio de la Defensa Civil.
La solidaridad se ha puesto de manifiesto, unos llevan comida, aguas y otros oran, pero de distintas formas apoyan los héroes sin capas.
“En esos tres días tuve que abandonar a mi familia, tuvimos que ir a charla psicológica para no tratar de no tener eso en la cabeza”, argumentó el bombero Manny Medina.
El momento del suceso no dio mucho tiempo para pensar, así lo confirmó Michael de Jesús, miembro de la Defensa Civil quien fue unos de los primeros en llegar a la escena.