SANTO DOMINGO.- A propósito del Día Internacional de la Mujer, que se conmemora cada 8 de marzo, es importante hablar de la tiroides y el impacto de esta en la vida de las mujeres, pues son quienes tienen un mayor riesgo de desarrollar afecciones de esta glándula, rondando las cifras de entre un 5 a un 8% más probabilidades de verse afectadas que los hombres.
Se suele relacionar a la tiroides únicamente con problemas de sobrepeso; sin embargo, esta glándula tiene un impacto mayor, sobre todo, en la vida de las mujeres y sus diferentes etapas, pues si presenta un funcionamiento irregular, puede dar pie a diversos padecimientos entre los que se encuentran el hipertiroidismo y el hipotiroidismo.
La glándula tiroides se encuentra debajo del cuello por delante de la tráquea y tiene una peculiar forma similar a la de una mariposa. Su función es producir y liberar las hormonas tiroideas que están involucradas en el crecimiento y en la regulación del metabolismo.
“En Latinoamérica la prevalencia del hipotiroidismo ha alcanzado aproximadamente al 10 por ciento de la población, siendo uno de los trastornos tiroideos más frecuentes, principalmente en las mujeres. Esta enfermedad, cada vez más común, se presenta cuando la tiroides no produce suficiente hormona tiroidea para abastecer las necesidades del cuerpo”, comentó la Dra. Dolores Mejía, expresidenta de la Sociedad Dominicana de Endocrinología y Nutrición.
En palabras de la especialista, las hormonas tiroideas son requeridas en el organismo para mantener el equilibrio metabólico y en consecuencia el buen funcionamiento de los órganos y tejidos, que de no haberlo, el trastorno tiroideo podría impactar en la vida de las mujeres dado que al verse afectada su salud física, se afecta también la salud emocional.
Y es que, los síntomas del hipotiroidismo suelen pasar desapercibidos o confundirse con un mal estilo de vida, el no contar con suficiente energía, tener sueño, sentirse desanimada e incluso cansada aun iniciando la jornada laboral, muchas veces repercute de forma negativa en su vida profesional.
Algunos de los síntomas más comunes son: intolerancia al frío, piel seca, caída de cabello y uñas quebradizas, cansancio o desánimo, los cuales pueden confundirse con depresión, razón por la cual muchos pacientes no acuden al médico para un diagnóstico oportuno.
Al ser una enfermedad que tiene una mayor incidencia en el género femenino, es importante prestarle atención porque afecta etapas como la edad reproductiva, pues esta es causa común de infertilidad; fertilidad subnormal; problemas en el embarazo y el parto, que se asocian con anovulación; ciclos menstruales irregulares; abortos espontáneos y parto prematuro.