El homenaje que diferentes instancias de la sociedad dominicana han tributado a Mayobanex Vargas en su funeral es un merecido reconocimiento a un verdadero héroe nacional que luchó en favor de la libertad y la democracia en la República Dominicana.
Además del duelo oficial dispuesto por el Poder Ejecutivo, las manifestaciones expresadas por representantes de diferentes sectores del país, es una muestra de que tiene presente su contribución a las luchas que contribuyeron a la caída de la sangrienta dictadura trujillista.
Sin embargo, el sobreviviente de la gesta heroica del 14 de junio de 1959 parte con un anhelo insatisfecho, ya que en varias oportunidades se había quejado de que fuera ignorada la solicitud de incorporar acontecimientos que ocurrieron a raíz del desembarco por Constanza, Maimón y Estero Hondo en los libros de la educación pública.
Tal como dijera en diferentes oportunidades, la rebelión contra la dictadura encabeza por Rafael Leónidas Trujillo Molina, fue un llamado para fortalecer en la conciencia del pueblo dominicano, la necesidad de poner término a ese nefasto período de la historia nacional.
Había señalado que luego de más de medio siglo de ese acontecimiento histórico, las nuevas generaciones no conocen del todo su significado y protagonistas por la falta de esa documentación como enseñanza de inclusión formal y continuada.
Con su visión amplia y justiciera, pedía con igual finalidad que además se tomaran en cuenta otros acontecimientos históricos, entre ellos las luchas de Aniana Vargas por las libertades públicas y la defensa al medio ambiente, así como la valentía mostrada por el guerrillero de Bonao, Alfredo Pérez Vargas, quien acompañó al coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó en el desembarco por playa Caracoles.
El cubano Delio Gómez Ochoa, otro sobreviviente de la gesta antitrujillista, ha sido reconocido en vida con el otorgamiento de la nacionalidad dominicana y la posibilidad de vivir en el país como su segunda patria, luego de su lucha revolucionaria en Cuba.
Hay que seguir en esa línea de conciencia y justicia, evitando que nuestros grandes hombres, los que han luchado a costa de su vida y de su tranquilidad por causas trascendentes, sólo alcancen el reconocimiento cuando lleguen a ser nuestros grandes muertos.