SANTO DOMINGO.- Desde el 2000, cada 8 de junio, se conmemora el el Día Internacional de los Tumores Cerebrales, un padecimiento del que se diagnostican alrededor de siete casos primarios por cada cien mil personas en todo el mundo, representando el 2 % de cáncer en adultos.
Solo en 2020, esta dolencia afectó a más de 305 mil personas a nivel mundial, según los últimos datos revelados por el Observatorio Global del Cáncer (Globocan).
Los tumores cerebrales son masas generadas por el crecimiento de células anormales en el cerebro, pudiendo originarse por causas genéticas y ambientales.
Existen tumores cerebrales benignos o no cancerosos y tumores cerebrales malignos (cancerosos).
Los tumores cerebrales primarios son aquellos que comienzan a aparecer en el cerebro. En cambio, los tumores cerebrales secundarios o metastásicos ocurren cuando el paciente tiene células cancerosas en otros órganos del cuerpo y se diseminan al cerebro.
De acuerdo con l ainformación suministrada por Franco Rubino, neurocirujano miembro de la AANC (Asociación Argentina de Neurocirugía) al medio Infobae, «estas conformaciones reciben el nombre de LOE (Lesión Ocupante de Espacio), las cuales “pueden ser de origen infeccioso, un cuerpo extraño o una neoplasia, que según la etimología de la palabra en oncología es cualquier ‘nueva proliferación celular’, ya que neo proviene de ‘nuevo’ y plasia de ‘formación’».
“Es crucial de entender que tumor no es sinónimo de cáncer. Los seres humanos producimos células defectuosas o con potencial cancerígeno siempre, pero existen mecanismos que mandan a esa célula a la muerte celular (apoptosis), pero cuando esos mecanismos fallan se produce la proliferación incontrolada”, señaló Rubino. Y profundizó: “En el caso de los tumores cerebrales malignos, las metástasis son a otras regiones del cerebro o de la medula espinal, ya que la Barrera Hemato Encefálica (BHE) no permite la diseminación como en otros cánceres (pero tampoco permite la llegada de quimioterapia)”.
Sin embargo, hay tumores benignos que debido a su ubicación pueden considerarse «maligno», porque se puede dificultar el acceso quirúrgico para una exéresis (extracción) total.
“Los tumores puede originarse en diversas células del cerebro. Existen tumores de células de sostén (gliomas), tumores de las neuronas, tumores que se originan de las envolturas del cerebro (meningiomas), tumores de la glándula hipófisis (adenomas hipofisiarios), de la pineal (pineoblastomas), de las vainas de los nervios (neurinomas), y de las células de la médula espinal, entre otros”, dijo Rubino.
Según explicaron, los tumores más comunes son:
– Meningiomas: son los más frecuentes y pueden tener una localización diversa. Más del 80% son benignos (grado 1 de la OMS) y su tratamiento es quirúrgico por excelencia. Si bien existen muchos casos de tumores pequeños asintomáticos, a los cuales se les realiza solo seguimiento y en caso de crecimiento o síntomas se los opera. “Por más que sea benigno, que solo el patólogo puede confirmarlo, el 60% vuelve a crecer en los próximos 15 años, por ende siempre es importante continuar el seguimiento con el neurocirujano de cabecera. En tanto, los malignos van a requerir otros tratamientos, además de la cirugía”, dijo Rubino.
– Adenomas de hipófisis: en estos casos los neurólogos trabajan junto al endocrinólogo, ya que se encuentran en una glándula productora de hormonas. “Existen tumores secretores o funcionantes y no secretores o no funcionantes y determinar esto es crucial. Si el tumor es secretor de una hormona llamada prolactina (produce la leche materna), el tratamiento inicial es médico y no quirúrgico; y es el único en el que se aplica esta estrategia”, explicó Rubino y agregó: “Los adenomas de hipófisis pueden producir déficit visual y, si son funcionantes, síndromes hormonales”.
– Gliomas de bajo y alto grado (glioblastomas): “Mientras en los tumores benignos la cirugía es la clave, y en este sentido la Argentina cuenta con cirujanos excelentes con gran habilidad, cuando hablamos de malignos la cirugía representa un tercio del tratamiento, requiriéndose de las llamadas terapias adyuvantes, que son la radioterapia y la quimioterapia (hoy llamada terapia sistémica por el gran avance de la inmunoterapia en otros cánceres)”, explicó Rubino. En ese sentido, advirtió que ante esta posible enfermedad, “el tratamiento depende de lo que uno observa y la última palabra la tendrá el resultado de la biopsia, donde se confirme el ‘nombre’ y el grado del tumor”. “Es importante remarcar que Glioma de bajo y alto grado son términos que igual significan maligno, lo único que difiere es la velocidad de crecimiento y la expectativa de vida del paciente (entre 10-15 años para bajo grado y menos de 18 meses para el Glioblastoma). Es decir, el paciente se trata pero no se cura”, aseveró.
Según explicó Andersson, “en la mayor parte de los pacientes con tumores cerebrales primarios no queda muy claro cuál es la causa que desencadena su afección, pero hay factores que se pueden considerar. Por ejemplo, la exposición a la radiación, cuando se enfrentaron a una radiación del tipo ionizante corren mayor riesgo de padecer un tumor cerebral. Esto sucedió con la población japonesa de Hiroshima y Nagasaki. Otro posible factor son los antecedentes familiares, donde pareciera que la genética juega un papel importante al aumentar este riesgo”.
Incluso, en palabras del director médico del INBA (Instituto de Neurología Buenos Aires), existen algunos tumores cerebrales que en realidad no se originaron en esta región, sino que son metástasis. “Imaginemos que una persona tiene un tumor maligno pulmonar, un adenocarcinoma, que puede dar metástasis en el cerebro. Entonces los profesionales de la salud debemos discriminar si el tumor es benigno, maligno, primario del cerebro o secundario al ser una metástasis que viene del resto del cuerpo”, detalló.
En el diagnóstico de los tumores cerebrales se realiza una evaluación médica por parte de un neurólogo, mediante los siguientes exámenes neurológicos:
Para el tratamiento de los tumores cerebrales se aplican las siguientes opciones, dependiendo del grado de la lesión, su tamaño y ubicación:
Con información en Infobae