Redacción Internacional.- El 25 de abril se conmemora el Día Mundial del Paludismo o Malaria, con el objetivo de darle importancia a la necesidad de invertir continuamente en la prevención y el control de la enfermedad de la malaria.
En el 2007, los Estados Miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) declararon el Día Mundial del Paludismo para el 25 de abril en la Asamblea de la Salud.
El paludismo o malaria es una enfermedad producida por parásitos, que mata al año entre 700,000 y 2,700,000 personas, de los cuales más del 75 % son niños en zonas endémicas de África. La mayoría de los contagios se producen por picaduras de mosquitos. Cada año se presentan 396 millones de casos de paludismo.
Los síntomas del paludismo o la malaria son muy variados, algunos de ellos son: fiebre, escalofríos, sudoración y dolor de cabeza. Además se puede presentar náuseas, vómitos, tos, heces con sangre, dolores musculares, ictericia, defectos de la coagulación sanguínea, shock, insuficiencia renal o hepática, trastornos del sistema nervioso central y coma.
En regiones donde la malaria es altamente endémica, personas se infectan tan a menudo que desarrollan la inmunidad adquirida, es decir, son portadores más o menos asintomáticos del parásito.
Regularmente, los turistas presentan síntomas más graves que la población local, ya que estos han desarrollado cierto grado de inmunidad al estar expuestos al parásito, que ayuda a controlar la infección y disminuye la gravedad.
Actualmente no existe una vacuna eficaz contra la malaria. Sí existen tratamientos que varían según el país donde se administren.
Una vía para detener la malaria es el uso de insecticidas, mosquiteras, ropa adecuada para evitar las picaduras.