SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El sábado 24 del mes de abril del 1965 se sublevaron los campamentos militares 16 de agosto y 27 de febrero dando el golpe de estado al triunvirato y al gobierno de Donald Reíd Cabral. Nadie lo defendió y el PRD y un grupo de civiles armados, se unieron a los soldados constitucionalistas.
José Francisco Peña Gómez, desde el programa Tribuna democrática, el 24 de abril anunciaba el inicio de la acción armada y pedía el apoyo de la ciudadanía. Ese fue el inicio de la revolución.
Los militares obligaron al presidente del triunvirato a renunciar y juramentaron al Dr. Rafael Molina Ureña como presidente provisional de la República. Inmediatamente se anunció el retorno de la constitución del 1963 y el posible retorno del profesor Juan Bosch.
Ante la ausencia del ideólogo del movimiento, Coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez, El teniente coronel Miguel Hernando Ramírez fue designado ministro de las Fuerzas Armadas y el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó en interior.
El General Elías Wessin y Wessin se opuso inmediatamente a estas medidas e instruyó a sus tropas que bombardeasen el palacio nacional y que le ametrallasen a los llamados “constitucionalistas”.
El pueblo exigió que se le diese armas. Tan pronto como se las dieron, asaltaron todos los cuarteles que estaban opuestos a la constitución del 1963, lo cual dividió a la capital dominicana en dos partes: la de los Constitucionalistas y los de la CEFA que eran los del General Elías Wesin y Wessin.
Sin embargo, en la base aérea de San Isidro, en el llamado Centro de Enseñanza de las Fuerzas Armadas (CEFA) los generales Wessin y Wessin e Imbert Barrera se oponen al retorno de Bosch y al restablecimiento de la constitución de 1963. De inmediato, comienzan los bombardeos y los ametrallamientos aéreos al palacio presidencial y otras posiciones de los constitucionalistas.
La Marina de Guerra, hasta ese momento neutral en el conflicto, se une a las fuerzas de Wessin,
Ante la gravedad de la situación, el presidente provisional Molina Ureña y miembros del alto mando constitucionalista, se dirigen a la Embajada estadounidense para tratar de conseguir su mediación. El embajador estadounidense William Tapley Bennett advirtió: “Éste no es el momento de negociar, sino de rendirse de inmediato”.
Molina Ureña, renunció y procedió a asilarse en la embajada de Colombia. El coronel Caamaño respondió al embajador “Permítame decirle que seguiremos la lucha suceda lo que suceda”.
El 28 de abril, el presidente de los Estados Unidos Lyndon B. Johnson anuncia el envío de 400 infantes de la marina estadounidense e iniciaron la evacuación de los ciudadanos estadounidenses y de otras nacionalidades residentes en Santo Domingo. Había comenzado la segunda invasión norteamericana en el país en el siglo XX.
