Brasilia.- La organización defensora de los derechos humanos Human Right Watch (HRW) dijo este miércoles que el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, «amenaza los pilares de la democracia» por sus constantes ataques a las instituciones y por amenazar las elecciones de 2022 y la libertad de expresión.
La ONG señaló que líder ultraderechista ha «intimidado» en diversas oportunidades a la Corte Suprema y a varios de sus miembros, y en reiteradas oportunidades ha amenazado con cancelar los comicios del próximo año si no se cambia el sistema electrónico de votación, vigente desde hace 20 años, al que acusa de ser susceptible a fraudes sin prueba alguna.
«El presidente Bolsonaro, un apologista de la dictadura militar en Brasil, es cada vez más hostil al sistema democrático de controles y equilibrios», dijo José Miguel Vivanco, director para América de HRW, citado en un comunicado divulgado hoy con ocasión del Día Internacional de la Democracia.
Bolsonaro «está utilizando una mezcla de insultos y amenazas para intimidar a la Corte Suprema, que es responsable de realizar investigaciones sobre su conducta, y, con sus infundadas acusaciones de fraude electoral, parece estar sentando las bases para intentar cancelar las elecciones o la contienda del próximo año», agregó.
La organización también recordó que el mandatario, un capitán de la reserva del Ejército y un nostálgico de la dictadura (1964-1985), ordenó investigar penalmente a por lo menos 16 críticos de su mandato y restableció las conmemoraciones del aniversario del golpe de Estado de 1964.
«El presidente Bolsonaro suele afirmar que defiende la ‘democracia’, pero sus declaraciones plantean dudas sobre lo que quiere decir con democracia», indicó HRW.
Las fuertes declaraciones del presidente brasileño en las últimas semanas fueron exacerbadas hace una semana durante unas multitudinarias manifestaciones encabezadas por el propio Bolsonaro y convocadas por la ultraderecha.
Dichas protestas, duramente criticadas por parlamentarios, miembros del Supremo y hasta por partidos políticos de su propia base por incluir a manifestantes que defendían el cierre del Supremo y del Congreso, trajeron consecuencias económicas para el país al provocar un desplome del 4 % en la Bolsa de Sao Paulo un día después de las marchas.
La situación llegó a ponerse tirante para el Gobierno cuando camioneros afines a Bolsonaro insistían en irse al paro el miércoles de la semana pasada después de las marchas, llegando incluso a bloquear vías en 15 de los 27 estados del país, pese a las peticiones del mandatario para que levantaran las protestas.
La tensión llevó a que Bolsonaro diera un paso atrás e instara a la «armonía» entre los poderes de la nación, mediante una carta que divulgó el jueves pasado y en la que dijo que «nunca» quiso «agredir» a la instituciones del país.
El mensaje, que fue considerado como «traición» por sus seguidores más radicales, fue ratificado este martes por el líder ultraderechista con un discurso poco usual en el que no midió palabras para elogiar a la Corte Suprema y al Congreso.
«¿Qué sería de nuestro Brasil sin la Cámara de Diputados y sin el Senado, y, por qué no, sin nuestro querido Supremo Tribunal?», se preguntó el mandatario en una ceremonia celebrada en el Palacio presidencial de Planalto, la sede del Gobierno en Brasilia.