El comercio internacional ha sido parte del ADN de los habitantes de la isla de Santo Domingo desde los albores de la colonización española. Al cabo de 532 años, la historia demuestra que cada vez que hay mayor apertura de similar manera aumenta la prosperidad, aun protegiendo algunas pocas categorías agrícolas indispensables para la seguridad alimentaria nacional. Por esto, me alegró que el presidente Abinader resaltara que el país pronto será el principal “hub” o centro logístico regional, gracias a las mejoras operativas y de seguridad de la Aduana. Nuevos sistemas y tecnologías han permitido que Yayo Sanz, el director de la DGA, pueda enorgullecerse de que el comercio internacional pasará de US$30.7 mil millones en 2019 a US$41 mil millones en 2023. Sin dudas es necesario que se fortalezcan las exportaciones para que la industria crezca pareja con el turismo y los servicios. Pero el aumento del movimiento portuario por mar, aire y la frontera terrestre es un signo de la vitalidad económica y de que la logística se encamina a ser otro protagonista del desarrollo nacional. Como dice mi amigo Yayo, “¡vamos!”.
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