Un cordial saludo a todos mis queridos lectores.
Todos nos hemos sentido así en nuestra vida. Nos falta la fe, no nos da deseos de vivir más, tenemos deseos de que el mundo se acabe, etc. Estas son frases que decimos de dientes para afuera, pero de verdad queremos que nuestra vida sea tronchada, o que el mundo se acabe, no lo creo. La mujer y el hombre los creo Dios para ser felices.
Una chica pensaba: Hubo un tiempo en el que creías que la tristeza sería eterna. Pero te sorprendiste a ti mismo sonriendo sin descanso.
Hubo un tiempo en que dejaste de creer en el amor, y más tarde apareció esa persona que te hizo tilín y la amaste cada día más.
Hubo un tiempo en que la amistad creías que no existiera, y conociste a la amiga que te ha hecho reír y llorar, en los buenos y malos tiempos de tu vida.
Hubo un tiempo en que estabas seguro que la comunicación con alguien se había acabado, y luego una carta de esa persona llego a tu casa.
Hubo un tiempo en que una pelea parecía ser eterna y termino en un abrazo.
Hubo un tiempo en que pasar un examen parecía una cosa imposible de pasar, hoy pasar un examen más, supone que terminaste la carrera.
Hubo un tiempo en el que dudaste si podías encontrar en trabajo que te pagara bien. Y hoy puedes darte el lujo de ahorrar.
Hubo un tiempo que sentiste no poder hacer algo. Y te quedas sorprendido que lo estás haciendo.
Hubo un tiempo que creías que no podía nadie comprenderte. Y te quedaste asombrado que alguien leyera tu corazón.
Así habrán momentos que cambian en la vida, nunca olvides que lo imposible se tornara en un sueño hecho realidad. Pídele por ello a Dios, para que los sueños se conviertan en realidad.
Nunca dejes de soñar, porque soñar no cuesta nada y además algún día se hará una realidad.
Los dejo con esta lectora del Libro del Eclesiástico, Capitulo 40, Versículo 5, que dice: “Y en la hora en que, acostados, descansáis, el sueño de la noche no hace más que cambiar las preocupaciones”.
Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.