Oviedo (España).- Un estudio liderado por el Instituto español de Medicina Oncológica y Molecular de Asturias (Imoma) identificó marcadores genéticos para mejorar los tratamientos del cáncer que prueban la utilidad de la biopsia líquida en pacientes oncológicos tratados con radioterapia.
Esta investigación fue publicada en la prestigiosa revista científica British Journal of Cancer, el pasado 22 de diciembre, según informó este martes el Imoma.
La biopsia líquida es un test genético de última generación que obtiene información de los tumores de forma no invasiva, a partir de una muestra de sangre del paciente y sin necesidad de biopsiar el tumor.
El estudio, cuya primera autora es Guadalupe Álvarez Cifuentes – responsable técnico de I+D del laboratorio del Imoma – consistió en analizar biopsias líquidas obtenidas de cincuenta pacientes tratados en el Servicio de Radioterapia del mismo centro.
Se obtuvieron y procesaron más de 800 biopsias líquidas antes, durante y después del tratamiento de radioterapia de todos los pacientes y también se realizaron análisis genéticos complementarios, tanto del propio tumor como de los pacientes, que permitieron interpretar mejor los resultados de la biopsia líquida.
El equipo de investigadores, liderado por los doctores Rubén Cabanillas y Juan Cadiñanos, llegó a la conclusión de que la biopsia líquida permite identificar posibles terapias personalizadas para el tratamiento del cáncer (aprobadas o en desarrollo) en más de la mitad de los pacientes analizados.
El estudio también demostró que la combinación de la biopsia líquida con los análisis complementarios del tumor y del paciente permitió monitorizar en tiempo real el comportamiento del tumor durante y después del tratamiento.
Asimismo, apunta que el trabajo revela que, incluso antes del tratamiento, la biopsia líquida puede servir para pronosticar cuáles de los pacientes tratados tienen más probabilidades de curación.
Además, señala que las biopsias líquidas realizadas después del tratamiento pueden servir además para predecir si la enfermedad va a progresar antes de que esto se haga evidente mediante imágenes de diagnóstico (PET-TAC, resonancia, etc.).
También resalta que los análisis complementarios permitieron detectar que un 6 por ciento de los pacientes tenía una predisposición hereditaria al desarrollo de cáncer, que no se habría detectado si estas personas no hubieran sido objeto de los análisis genómicos realizados en este proyecto.