SANTO DOMINGO. – Durante el Sermón de las Siete Palabras, celebrado el Viernes Santo, la Iglesia Católica criticó el estado del sistema de salud del país utilizando como base reflexiva la Segunda Palabra de Jesús en la cruz: “Hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lc. 23,43).
En un el discurso la Iglesia denunció las múltiples deficiencias que aún afectan el acceso digno a los servicios de salud, comparando el sufrimiento de Cristo y los dos ladrones en la cruz con el de miles de dominicanos que padecen por la precariedad del sistema sanitario nacional.
«Nos conmovemos al ver a Jesús y a los dos ladrones desangrándose en la cruz, y nos duele saber que muchos dominicanos también se desangran hoy por falta de atención médica en hospitales públicos», expresó.
La Iglesia señaló directamente a la mala administración pública y a la corrupción como causas estructurales del deterioro del sistema. “Los recursos no han llegado a los hospitales, sino a las manos de algunos que, como Gestas, no temen a Dios”, sentenció.
En su mensaje, se enumeraron siete debilidades persistentes que afectan gravemente la salud pública dominicana:
Falta de implementación efectiva de la atención primaria.
Costos elevados de atención médica y medicamentos.
Baja inversión del PIB en salud y falta de monitoreo.
Salarios bajos y sobrecarga del personal sanitario.
Escasez de personal médico especializado.
Deficiencias estructurales y logísticas.
Confusión institucional entre el Ministerio de Salud Pública y el SNS.
La Iglesia expresó su preocupación por la falta de insumos, ambulancias, personal y medicamentos en centros públicos, especialmente en zonas vulnerables como Santo Domingo Este. Se mencionaron casos puntuales como el deterioro del Hospital del Almirante, el cierre parcial de la unidad de salud mental del Hospital Darío Contreras y las condiciones críticas del Moscoso Puello y el Salvador B. Gautier.
Además, se cuestionó el debilitamiento del sistema de emergencias 911 y se exigió una mejor distribución de los recursos del Estado.
El sermón recordó que, según la Constitución dominicana (Art. 61) y la Ley General de Salud, la salud es un derecho fundamental y no un privilegio para unos pocos. “No es posible que un médico gane tres veces menos que un legislador. No es posible que se muera un dominicano por falta de sangre o de un medicamento de alto costo”, se denunció.
Hizo un llamado al gobierno, a las instituciones y a toda la sociedad a dejar atrás la indiferencia y actuar con responsabilidad, ética y compasión. “Solo uniendo voluntades, sin egoísmos ni partidismos, podremos sanar esta profunda herida que afecta a los más vulnerables”.
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