Con el apoyo de una ejecutiva de cuentas de una sucursal bancaria de la avenida Venezuela, que ya se encuentra detenida, los militares de alto rango vinculados a la Operación Coral 5G evadieron los controles financieros para mover recursos millonarios para la compra de inmuebles de lujo en la capital y otras zonas a través de testaferros que figuraban como proveedores del Estado.