Bangkok.- Más de mil millones de pastillas de metanfetaminas fueron incautadas en 2021 en el Sudeste Asiático, uno de los mercados más importantes del mundo, y Asia Oriental, una cifra récord favorecida por la pandemia de covid-19 y la crisis desatada en Birmania a raíz del golpe de Estado militar, según un informe publicado este lunes por Naciones Unidas.
El informe presentado hoy en Bangkok por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) revela que los 1,008 millones de pastillas requisadas (172 toneladas) el pasado año en ambas regiones son una cantidad siete veces más alta que la de hace diez años y 35 veces más que la de hace veinte.
El 88 % de las incautaciones tuvieron lugar en el Sudeste Asiático, uno de los centros mundiales de producción y consumo que según Jeremy Douglas, representante de la UNODC en el Sudeste Asiático y el Pacífico, «está nadando en metanfetaminas».
Douglas recalcó que «los sindicatos criminales organizados y los grupos armados explotaron la pandemia y la inestabilidad política en el Triángulo de Oro y las zonas fronterizas de Birmania para incrementar la producción el año pasado».
El Triángulo de Oro, una región fronteriza entre Tailandia, Laos y Birmania, era desde mediados del siglo pasado uno de los centros mundiales de producción de opio donde en las últimas décadas ha ido ganando fuerza la fabricación de drogas sintéticas en laboratorios clandestinos, desde donde la droga se distribuye en la región.
«Hay muy pocos laboratorios de drogas en la región fuera del Triángulo Dorado, la oferta sigue creciendo», añadió Douglas.
Dentro de esa zona es el estado Shan, en Birmania, el principal productor de drogas sintéticas, a menudo camufladas en bolsas de té para burlar los controles policiales.
El responsable de la UNODC en el área advirtió de que «la escala y el alcance del comercio de metanfetaminas y drogas sintéticas en el este y sudeste de Asia es impactante y puede seguir creciendo si la región no cambia su enfoque y se enfrenta a las razones primarias que han permitido que se llegue a este punto».
El informe señala que las bandas criminales tienen todo lo necesario para que su negocio siga creciendo: territorio en el que producir, acceso a productos químicos, unas rutas de tráfico establecidas y relaciones para mover los productos y una población enorme con capacidad de gasto a la que apuntar. «Miran a la región y ven potencial y beneficios», afirmó Douglas.
Por su parte, Kavinvadee Suppapongtevasakul, analista de drogas sintéticas de la UNODC en el área, alertó que la caída de los precios al consumidor a mínimos histórico en varios países de la zona, a un dólar la pastilla en Bangkok, lo que hace que estas sustancias sean «mucho más accesibles para aquellos que antes no les las podían permitir».
Aunque la metanfetamina es la principal preocupación de las autoridades en la zona, el informe advierte de que otras drogas sintéticas que se están expandiendo, como la ketamina, también pueden causar graves daños a sus consumidores.