BOGOTÁ.- Los medios de comunicación enfrentan a diario el desafío de informar sobre alimentación y salud en medio de una avalancha de noticias falsas difundidas por quienes utilizan las redes sociales como plataforma para sus propios intereses, aseguraron hoy expertos en Bogotá.
«La ciencia avanza ahora con unos términos que son ajenos al común de la gente, por lo que necesariamente se convierte en algo desconocido y oscuro, y en ese sentido es natural que desconfiemos. Por ello, el antídoto debería ser el buen periodismo para arrojar luz», dijo a Efe el biotecnólogo y periodista español Luis Quevedo.
Al participar en el taller «El desafío de comunicar sobre alimentos en la era de la posverdad», Quevedo indicó que desde hace varias décadas hay prejuicios sobre la alimentación por considerarla algo «íntimo».
De hecho, explicó, «existe la creencia de que lo que comemos es sinónimo de pureza porque se mira a la alimentación bajo el prisma de la filosofía del pensamiento religioso».
Por eso, agregó, «bebemos vino los que somos católicos pero no lo tomamos si somos musulmanes. Y lo mismo pasa con el cerdo que está prohibido para los judíos. En resumen, pareciera que los alimentos definen quiénes somos».
Quevedo expuso sus argumentos junto al doctor en bioquímica y biología molecular José Miguel Mulet en el taller organizado por la Asociación de Biotecnología Vegetal Agrícola (Agro-Bio), la Agencia Efe, el Consejo Empresarial Colombiano para el Desarrollo Sostenible (Cecodes), la Red de Periodistas por el Desarrollo Sostenible y la Asociación Colombiana de Periodismo Científico.
En el evento, en el que participaron 40 periodistas de distintas regiones de Colombia, Mulet afirmó que «la ignorancia debe ser vista como un activo o un valor porque lleva al periodista a hacer bien su trabajo y a evitar que la industria se aproveche de los medios para vender productos».
Sin embargo, aclaró que si bien es necesario contrastar la información que suministran las empresas con argumentos científicos, hay que tener claro que la ciencia «no es un dogma».
Al respecto, el experto recordó una «equivocación mundialmente conocida» según la cual «si una persona sufría de problemas cardíacos debía evitar comer pescado azul. Luego se investigó más y se pasó de prohibir ese alimento a recomendarlo».
Actualmente, plataformas como Instagram, Youtube, Twitter y Facebook han hecho que algunos salten a la fama al «satanizar» el gluten, la carne, los lácteos o los transgénicos, destacaron los expertos.
De este modo, cada vez es más usual que modelos, actores y presentadores de televisión promocionen en sus redes sociales batidos elaborados con «superalimentos» y hasta afrodisíacos sin tener una base científica para respaldar sus argumentos.
«La salud y la buena alimentación se ve hoy como una moda, pero en realidad nos concierne a todos los consumidores y por esa razón el desafío es informar con responsabilidad para evitar difundir noticias falsas que sí pueden afectarnos», comentó por su parte la directora ejecutiva de Agro-Bio, María Andrea Uscátegui.
Así, aclaró, «resulta urgente precisar que no todos somos alérgicos al gluten, que los organismos genéticamente modificados son productos seguros porque se analizan antes de comercializarlos y que el azúcar la necesitamos de alguna forma pero que su exceso puede ser dañino».
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