SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Por más esfuerzos que hacemos los dominicanos para acercarnos a Haití, con un trato amistoso y solidario, sólo recibimos del vecino país una actitud de ingratitud y descalificación.
Quien dude esto y piense que se trata de una exageración, sólo tiene que observar lo que está pasando con la prohibición a la compra de pollos, huevos y otros productos criollos.
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Esta es la forma en que Haití ha reciprocado el más reciente gesto de amistad y colaboración ofrecido por el presidente Danilo Medina cuando viajó a su territorio en el Día Mundial del Medio Ambiente y fuera de los pronunciamientos protocolares para llenar simples formalidades, aprovechó para subrayar la necesidad de que ambas naciones actúen juntas para preservar sus recursos naturales, Haití siendo el más beneficiado por la deforestación que existe en esa mitad de la isla.
Apenas un día después de que Medina y el presidente Michel Martelly aparecieran sonrientes y con un fuerte apretón de manos, un diario de Puerto Príncipe publicó en su portada una caricatura en que se ridiculiza a Medina presentándolo como afectado por un virus y a su contraparte haitiano, esquivo para no contaminarse.
Esta publicación no sólo es una ofensa a Medina, sino al pueblo dominicano, que ha sido solidario con Haití en sus momentos de mayor desgracia, especialmente cuando ocurrió el devastador terremoto que destruyó Puerto Príncipe hace tres años.
No es justo ni aceptable que Haití nos devuelva con maltratos y desconsideración la solidaridad que le hemos dado de forma decidida y espontánea, mientras nos atribuyen padecer un virus aviar que acaba de negar la Oficina Panamericana de la Salud. No podemos poner la otra mejilla para que nos golpeen.