Hay que insistir contra quienes siguen alegando que muchos dominicanos sólo nos destacamos como peloteros, músicos o delincuentes, especialmente cuando nos imputan hasta ser esclavistas. Es una barbaridad difamarnos diciendo que aquí hay trabajo forzado.
También es injusto ningunearnos pues hay una enorme cantidad de talento humano con destrezas y competencias de calidad mundial que quizás nunca salen en la prensa. En las zonas francas hay gerentes que operan fábricas con muchos miles de empleados acoplados a cadenas de producción con plazos y calidades internacionales. La industria dominicana tiene un liderazgo y personal adaptado a la necesidad de competir mundialmente, con mujeres y hombres que demuestran extraordinarias virtudes empresariales. En el turismo no fuéramos líderes sin el conjunto de recursos humanos que distingue nuestros destinos. En proyectos que requieren afinada colaboración, como la producción cinematográfica, estamos abriendo surcos.
La estabilidad económica, crecimiento y relativa paz (miremos en derredor) sólo se logran con liderazgo político y técnico excelente. Estamos mucho mejor de lo que oikófobos, algunos progres y otros resentidos nos quieren hacer creer. Somos talentosos, honestos, compasivos y hospitalarios. Mejoremos, pero cabeza en alto…
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