Intolerancia oficial

La incomprensión y, más que eso, la intolerancia que exhiben algunos organismos oficiales frente al trabajo de la prensa independiente, es preocupante y a la vez inaceptable cuando se trata de trazar pautas a la manera en que periodistas y medios deben abordar comentarios sobre temas de interés nacional.

La incomprensión y, más que eso, la intolerancia que exhiben algunos organismos oficiales frente al trabajo de la prensa independiente, es preocupante y a la vez inaceptable cuando se trata de trazar pautas a la manera en que periodistas y medios deben abordar comentarios sobre temas de interés nacional.

En una errónea concepción sobre el llamado derecho a réplica, la Procuraduría General de la República ha tenido el atrevimiento de indicarnos la forma y el espacio en que esta servidora debería leer el texto de una carta en la cual esa institución dice sentirse altamente preocupada por los términos de una reciente Perspectiva en la que analizábamos el caso de César el Abusador, que no ha podido ser detenido, a pesar de ser señalado como el líder de una red criminal dedicada al narcotráfico y el lavado de dinero y cuestionábamos las declaraciones del Procurador que había calificado el caso como un éxito.

La queja figura en una carta enviada a SIN por la directora de Comunicaciones de la Procuraduría, pero sabemos que como empleada ella no tiene otra opción que seguir órdenes y probablemente esa comunicación se la escribieron para que ella simplemente le estampara su firma.

En cuanto al contenido de la perspectiva que tanto preocupó a la Procuraduría, solo tenemos que decir que no retiramos ninguno de sus términos ya que respondían y responden aún a inquietudes que están en las mente de cada ciudadano dominicano.

Es a esa población a la que debe dirigirse la Procuraduría y las autoridades en general, pero no con necedades , sino con acciones contundentes que lleven tranquilidad y seguridad a la ciudadanía. Esa es nuestra respuesta.

Reafirmamos, que no puede ser exitoso como se ha tratado de presentar públicamente, el desmantelamiento de una red mafiosa cuyo principal cabecilla sigue increíblemente prófugo, aunque aquí se sabían sus pasos y se movía con toda normalidad. La novela tiene que ser reescrita y mejor contada para que tenga algo de credibilidad.