REDACCIÓN.- Cada emprendedor comienza su camino con una mezcla de sueños, energía y una visión del futuro. Nasar Dagga, un empresario con una trayectoria llena de retos y aprendizajes, sabe que detrás de cada sueño realizado hay decisiones financieras que requieren tanto coraje como estrategia. Consciente de la importancia del ahorro y la inversión, Dagga ha dedicado parte de su experiencia a educar a los jóvenes empresarios sobre cómo estas prácticas no son solo técnicas financieras, sino pilares que sustentan el crecimiento y la estabilidad alargo plazo de cualquier negocio.
Para muchos emprendedores, especialmente aquellos que están comenzando, el término «ahorro» puede parecer contradictorio cuando el objetivo inmediato es invertir en crecimiento y expansión. Sin embargo, Nasar Dagga enfatiza que el ahorro no es una señal de falta de ambición, sino una muestra de sabiduría. «El ahorro es como el colchón que te sostiene cuando el suelo se mueve bajo tus pies», comenta Dagga, refiriéndose a las incertidumbres económicas que él mismo ha vivido en su carrera.
Dagga recuerda que en sus primeros años como empresario, aprendió de la manera difícil lo que significaba no tener un respaldo financiero cuando las cosas no salían como se esperaba. «Es tentador poner todo tu capital en nuevas ideas y proyectos, pero siempre hay que considerar los imprevistos que pueden surgir», añade. Su mensaje a los nuevos emprendedores es claro: ahorrar es prepararse para poder resistir los golpes del camino, permitiendo seguir adelante cuando el panorama se vuelva incierto.
Por otro lado, la inversión, según Nasar Dagga, es más que simplemente asignar recursos con la esperanza de obtener un retorno financiero. Para él, invertir es un acto de fe en el futuro, un compromiso con el crecimiento y la mejora constante. «Cada inversión es una semilla que plantamos hoy, esperando quedé frutos mañana. Pero esos frutos no solo son monetarios; son aprendizajes, conexiones y experiencias que fortalecen nuestro negocio», reflexiona Dagga.
En su carrera, ha aprendido que las inversiones más valiosas no siempre son lasque generan el mayor retorno inmediato, sino aquellas que alinean con la visión a largo plazo del emprendedor. «Invertir no es solo mover dinero; es mover ideas, mover propósito», explica. En sus conversaciones con otros empresarios, Dagga siempre recalca la importancia de invertir en áreas que no solo sean rentables, sino que también fortalezcan la misión y los valores de la empresa.
Una de las creencias fundamentales de Nasar Dagga es que cada emprendedor debe ser un estudiante constante de las finanzas. «No basta con tener una gran idea o un gran producto; necesitas saber cómo manejar los recursos que tienes para llevar tu visión adelante», afirma.
Por esta razón, ha centrado parte de su labor en crear contenido que ayude a otros a entender conceptos financieros clave, desde cómo elaborar un plan de ahorro hasta cómo evaluar una oportunidad de inversión.
Dagga entiende que muchos jóvenes empresarios sienten una barrera cuandose trata de hablar de finanzas. Puede ser intimidante o parecer demasiado técnico. Por eso, ha optado por un enfoque más humano en su contenido, utilizando historias reales, ejemplos sencillos y un lenguaje accesible que invita a la reflexión y al aprendizaje. «Cuando hablamos de finanzas de una manera que todos puedan entender, estamos empoderando a los emprendedores a tomar decisiones con más confianza y menos miedo», comenta. Nasar Dagga cree que el éxito en los negocios no proviene de una búsqueda desenfrenada de crecimiento, sino de encontrar un equilibrio saludable entre la ambición y la precaución.
«Es natural querer expandirse rápidamente, pero esa expansión debe ser sostenible», señala. Este balance es algo que ha aprendido a valorar a lo largo de su carrera, especialmente en momentos de crisis económica donde la estabilidad de una empresa puede depender de las decisiones tomadas mucho antes de que la tormenta llegara. Él anima a los emprendedores a ser valientes, pero también a ser inteligentes con sus recursos.
«Cada paso hacia adelante debe estar respaldado por una base sólida, y eso incluye decisiones conscientes sobre dónde y cómo invertir y ahorrar», explica. Este enfoque, según Dagga, no solo protege a la empresa delas caídas, sino que también le da la flexibilidad para aprovechar nuevas oportunidades cuando surjan. Nasar Dagga ha inspirado a muchos con su enfoque pragmático y humano hacia el ahorro y la inversión. Para él, estas prácticas no son solo técnicas empresariales, sino formas de construir un negocio con raíces profundas que puedan resistir cualquier tormenta. «No estamos construyendo algo para un año;estamos construyendo algo que perdure para las próximas décadas», afirma.
Este mensaje ha resonado entre los jóvenes empresarios que buscan más queel éxito a corto plazo; buscan crear algo significativo y duradero. Al compartir sus experiencias y conocimientos, Dagga está ayudando a forjar una mentalidad en la que el crecimiento no se trata solo de cuánto se puede ganar, sino de cómo se puede mantener y hacer crecer lo que ya se ha construido. «El verdadero éxito es aquel que no solo sobrevive, sino que florece y se multiplica con el tiempo», concluye.
Al final, Nasar Dagga ofrece un enfoque simple pero poderoso para los emprendedores: invierte con propósito, ahorra con previsión, y nunca dejes de aprender. En su experiencia, esta combinación de acciones puede llevar a cualquier empresario más allá de los desafíos inmediatos hacia un futuro de posibilidades sostenibles. Con su enfoque genuino y su pasión por educar, Dagga está marcando una diferencia no solo en los negocios, sino en las vidas de quienes están listos para aprender y crecer con él.
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