REDACCIÓN.- La organización Transport & Environement (T&E) publica una investigación que pone de manifiesto que los barcos propulsados con gas natural licuado (GNL) liberan a la atmósfera «cantidades considerables» de metano y son más perjudiciales para el clima que los que usan otros combustibles.
En un comunicado, la organización europea asegura que la utilización de imágenes infrarrojas permite captar cómo estos barcos liberan «nubes» de metano no quemado, un potente gas de efecto invernadero.
Aunque a lo largo de toda la cadena de suministro del gas natural se producen escapes y fugas, el uso del GNL como combustible marítimo es especialmente problemático, puesto que dichas pérdidas se producen en los motores de los barcos, añade la nota.
Según datos de la Organización Marítima Internacional (OMI) citados por T&E, se estima que, en función del tipo de motor, entre el 0,2% y más del 3 % del gas fósil se escapa en el proceso de combustión y se libera directamente a la atmósfera.
Esto implica que, a día de hoy, casi el 80 % del GNL se quema en motores con peores resultados en términos de emisiones que los motores tradicionales que utilizan fuelóleo. Una prueba de ello son las columnas de gas que se emiten al cielo y que permanecen en él durante mucho tiempo, según el comunicado.
Dado que el GNL suele contener metano en un 90 %, cualquier combustible no quemado que se filtre a través del motor estará compuesto principalmente por este gas, que contribuye al calentamiento global.
«Nos encontramos en plena crisis climática, no podemos permitirnos emitir más metano a la atmósfera. Nuestra investigación es solo una pequeña muestra, pero debería servir como advertencia a los responsables políticos. Deberíamos priorizar soluciones 100 % ecológicas basadas enteramente en el hidrógeno verde», según la misma fuente.
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