Irritante Payasada

Las payasadas son entretenidas y hasta simpáticas, sobre todo si se realizan en el ambiente distendido de un circo. Lo mismo suele ocurrir con las cantinfladas, esa jerga contradictoria y laberíntica que producía un torrente de humor y risas por la genialidad propia de Mario Moreno.

Pero en el mundo no del humorismo, sino de las cuestiones serias que requieren un ejercicio responsable, porque involucran temas delicados y de alto interés nacional, las cantinfladas no tienen cabida y son a todas luces contraproducentes.

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Ese cuidado, o más propiamente ese sentido de prudencia, estuvo por completo ausente en las palabras pronunciadas este jueves en un acto público por el ministro de Interior y Policía, Monchy Fadul, cuando dijo que la República Dominicana no es un país inseguro, aunque hay problemas de inseguridad por la incidencia de hechos delictivos que afectan a la población.

Aunque  en un tono diferente, pero igualmente inadmisible por cuanto buscaba justificar lo injustificable, este funcionario afirmó, refiriéndose a la delincuencia, que la percepción no es la realidad.

Monchy parece haber descubierto, como dice la gente en el florido y forklórico lenguaje popular, el hilo en bollito y el secreto del agua tibia.

Lo primero es que este tipo de argumentaciones es un manido lugar común que no logra convencer a nadie, ni siquiera a los más ignorantes o despistados, porque la percepción ciertamente no es realidad, pero puede terminar siéndolo por la incidencia de los hechos.

Este tipo de expresiones y su desafortunada frase sobre la pretendida seguridad en el país,dichas sin medir su negativo alcance, lo que produce es enojo generalizado porque ofende o subestima la inteligencia de los ciudadanos.

La avalancha de críticas que sus palabras produjeron de inmediato en las redes sociales demostró que la gente no se deja confundir y que rechaza ver actuar a sus funcionarios como humoristas de mal gusto, mientras se siente desprotegida por el auge del crimen y de la violencia delictiva.