Jerusalén.- Israel dejará de otorgar visas automáticas a los empleados de Naciones Unidas en represalia por la manera en que su secretario general, António Guterres, y algunas agencias de la organización reaccionaron al ataque de Hamás en territorio israelí el 7 de octubre, indicó un portavoz de la cancillería.
«No vamos a dar las visas en forma automática por la forma en que la ONU, desde el secretario general y algunas agencias, respondieron a la masacre del 7 de octubre, dando legitimación al terrorismo y guardando silencio ante el sufrimiento de los ciudadanos israelíes», indicó el vocero del Ministerio de Exteriores.
El funcionario precisó que las visas se otorgarán -o no- previo estudio de «caso por caso».
El grupo islamista Hamás perpetró un masivo ataque contra Israel el 7 de octubre que detonó la guerra e incluyó el lanzamiento de cohetes y la infiltración simultánea de unos 3.000 milicianos que masacraron a unas 1.200 personas y secuestraron a otras 250 en la poblaciones cercanas a Gaza.
El 24 de octubre, Guterres dijo ante el Consejo de Seguridad de la ONU que «los ataques de Hamás no ocurrieron en el vacío».
«El pueblo palestino ha sido sometido a 56 años de ocupación asfixiante», expresó, en referencia a la ocupación y colonización israelí de Cisjordania ocupada y Jerusalén Este desde 1967, que contraviene la ley internacional y que impone, según grupos de derechos humanos, una realidad de «apartheid».
Los palestinos «han visto sus tierras constantemente devoradas por los asentamientos y plagadas de violencia; su economía fue asfixiada; su gente fue desplazada y sus hogares demolidos. Sus esperanzas de una solución política a su difícil situación se han ido desvaneciendo», añadió.
Sin embargo, Guterres subrayó que «los agravios del pueblo palestino no pueden justificar los atroces ataques de Hamás. Y esos atroces ataques no pueden justificar el castigo colectivo del pueblo palestino», haciendo referencia a la implacable ofensiva por aire, tierra y mar de Israel contra la Franja de Gaza que ha dejado casi 21.000 muertos, 55.000 heridos y 1,9 millones de desplazados.
El 2 de diciembre, Israel demandó la dimisión de la directora de ONU Mujeres, la jordana Sami Bahous, al estimar que ha asumido una posición «vergonzosa» sobre el ataque de Hamás, por no denunciar correctamente los crímenes de género cometidos por los milicianos.
Esto ocurrió al día siguiente de que la agencia rechazó «inequívocamente los brutales ataques de Hamás contra Israel» y expresó la necesidad de investigar «los numerosos relatos de atrocidades basadas en el género y violencia sexual durante esos ataques».
El 22 de noviembre, Israel acusó al Consejo de Seguridad de la ONU, a Unicef y a ONU Mujeres, de ponerse sistemáticamente del lado de Hamás y de ignorar el sufrimiento o los datos sobre víctimas que les proporciona el Gobierno israelí.