Ginebra.– Israel ha permitido hasta ahora que se suministre menos del 4 % del agua que consumía la población de Gaza antes del inicio de la guerra con el movimiento islamista Hamás y el riesgo de muertes por infecciones «es inminente si no se permite la entrada inmediata de agua y combustible» a este enclave palestino, dijo hoy la ONU.
La reanudación del abastecimiento de agua se hizo de forma específica en la zona este de la localidad de de Jan Yunis, en el sur de Gaza, a la que los palestinos siguen llegando tras la evacuación de toda la parte norte de la Franja, en la que vivían más de 1.1 millones de personas, por orden militar de Israel.
«Dado el colapso de prácticamente todos los servicios de agua y saneamiento en Gaza, la población está en riesgo de morir por enfermedades infecciosas», según una actualización de la situación de la Oficina de Coordinación de Ayuda Humanitaria de Naciones Unidas.
De acuerdo a las estimaciones de las organizaciones humanitarias, en las próxima horas se agotará por completo el combustible que los hospitales están utilizando para que los generadores puedan producir una cantidad mínima de la electricidad que necesitan para seguir funcionando.
«Gaza está bajo un apagón total por sexto día consecutivo. Los hospitales están al borde del colapso porque las reservas de fuel que utilizan para los generadores casi se ha acabado completamente, poniendo en riesgo la vida de miles de pacientes», recalcó el organismo.
En esta línea confirmó que el bloqueo total de Gaza persiste y que el cruce fronterizo de Rafah – que conecta la Franja de Gaza con Egipto y que es el único que Israel no controla- permanece cerrado, impidiendo la entrada de alimentos, agua y medicinas que Naciones Unidas ha situado en Egipto y que están listas para ser transportadas y distribuidas, apenas reciban luz verde.
Más de 2,800 gazatíes han muerto en diez días de hostilidades, la cifra más alta en la historia del enclave.