Israel recuerda el 7 de octubre sumido en un luto agotador y un optimismo cauteloso

TEL AVIV.- Decenas de miles de israelíes se congregaron este martes en el parque Yarkón de Tel Aviv para conmemorar el segundo aniversario de los ataques perpetrados por Hamás, en una jornada marcada por el luto, el dolor persistente y la esperanza por el regreso de los 48 rehenes que aún permanecen cautivos.

"Nuestros corazones siguen rotos, pero se respira cierta esperanza en el aire. Aunque Netanyahu todavía está a tiempo de arruinarlo todo", reflexionó Jackson, uno de los organizadores del homenaje no gubernamental impulsado por el movimiento Kumu, formado por familias afectadas por el 7 de octubre.

La escena, enmarcada por una noria iluminada y un clima festivo por la celebración judía de Sucot, contrastaba con el tono solemne del evento. Aunque todo parecía listo para un concierto, la tarde no tenía aires de fiesta.

Recuerdo vivo del ataque

El saldo fue devastador: 1.200 personas asesinadas y 250 secuestradas. De ellas, aún 48 permanecen en manos de milicias palestinas, y se estima que solo 20 estarían con vida.

"Sé que estás sufriendo y no puedo abrazarte", dijo desde el escenario Ana Angrest, madre de Natan, uno de los secuestrados. A su lado, Viki Cohen, madre de Nimrod, también cautivo, prometió: "Una nación al completo sigue sin renunciar a ti. El país por entero sigue luchando por ti".

Sus testimonios se dieron en paralelo al segundo día de negociaciones indirectas entre Israel y Hamás, que se llevan a cabo en Egipto. Estas conversaciones giran en torno a un plan de 20 puntos promovido por Donald Trump, cuya primera fase contempla la devolución de todos los rehenes, vivos o muertos.

El luto permanece en las calles

Al sur de la ciudad, en la Plaza de los Rehenes, lugar emblemático desde el inicio del conflicto, cientos de personas se reunieron para ver la retransmisión del evento. El ambiente oscilaba entre el duelo, la familiaridad y el cansancio emocional.

"Uno se acostumbra a todo. Eso es lo triste", dijo Tomer, uno de los asistentes. "La mitad del tiempo estás furioso con el gobierno y la otra mitad, destrozado. El enfoque debería estar en firmar una tregua que detenga esta locura".

Pero no todos comparten esa visión. Yehudit, otra asistente, afirmó: "Estamos agotados, pero por primera vez en mucho tiempo siento esperanza de que algo cambie".

El acto cerró con la interpretación de Ihiye Tov ("Estará bien"), el conocido himno pacifista del cantante David Broza, que evoca tiempos de guerra y sueños de paz. Mientras el público cantaba en voz baja, un padre le decía a su hija: "Hoy, Egipto es uno de los países mediadores. Todo puede cambiar".

La ceremonia concluyó con un minuto de silencio. Miles de personas de pie, unidas en duelo, mantuvieron viva la memoria de los que ya no están y la esperanza por aquellos que aún no han vuelto.