Roma.– Las autoridades italianas se han incautado de 39 toneladas de dulces y materias primas en mal estado, así como de 218 toneladas de pescado ilegal, en dos operaciones ejecutadas antes de las fiestas de la Navidad en todo el territorio nacional.
Los carabineros (policía militarizada), en colaboración con el Ministerio de Sanidad, ha intensificado los controles de los dulces típicos navideños para garantizar su calidad y han inspeccionado cerca de mil empresas, de las que 382, un 38 % del total, padecían «irregularidades», según un comunicado de hoy de los agentes.
En la operación se han requisado 39 toneladas de dulces y materias primas para su elaboración porque «eran conservados en mal estado, en locales con graves carencias higiénicas, llenas de parásitos y carentes de trazabilidad en el comercio», se lee en la nota.
En la ciudad de Bologna (norte) se ha decomisado 24 toneladas de frutos secos contaminados con micotoxinas, hongos peligrosos para la salud, así como más de 500 ‘panetones’, ‘pandoros’ y otros bizcochos típicos del periodo navideño italiano.
Así, han sido denunciados 28 pasteleros y se ha ordenado el cierre de 27 fábricas.
Por otro lado, estas inspecciones para proteger las mesas de los italianos en estas fiestas, también han implicado a la pesca y la Guardia Costera ha ejecutado una operación en las últimas semanas junto al Ministerio de Agricultura, Soberanía Alimentaria y Bosques.
La operación ‘SpINNaker’ (INN, acrónimo de Pesca Ilegal No Declarada) ha afectado a todo el país y se ha desarrollado en varias fases, la primera la de inspección entre el 13 y 30 de noviembre, seguida por la operativa hasta el 15 de diciembre.
En total se han efectuado 10.850 controles en el sector, se han formulado 636 sanciones administrativas y penales, se han requisado 211 medios con los que se pescaba ilegalmente y cerrado 6 locales donde se vendían estos productos sin controles.
Las multas ascienden a más de un millón de euros y se ha retirado del mercado 218 toneladas de pescado, según el comunicado de la Guardia Costera, que ha coordinado la operación desde su sede de Roma.