MIAMI.- El cantante colombiano J Balvin anunció este martes la suspensión de su gira en Estados Unidos «José», que estaba prevista empezar el próximo 19 de abril, a causa de «desafíos de producción imprevistos» relacionados con a la pandemia del covid-19.
Según informó el propio cantante de música urbana en su cuenta de Instagram, esas dificultades le impiden ofrecer a sus seguidores «el mejor espectáculo posible», ante lo que se ve obligado a la «difícil decisión» de aplazar hasta nuevo aviso el tour que iba a arrancar en San Antonio (Texas) y comprendía un total de 27 fechas.
«Me siento agradecido por todo su amor y apoyo y a la misma vez estoy muy emocionado por reencontrarme con cada uno de ustedes en el camino para celebrar juntos y continuar con las vibras en alta», señaló el colombiano en un mensaje en español e inglés.
El intérprete manifestó que junto a su equipo trabaja en cada detalle y que espera en las «próximas semanas» dar a conocer las nuevas fechas de la gira estadounidense, para la cual las entradas seguirán valiendo.
El tour «José», anunciado el septiembre del año pasado, iba a concluir el próximo 4 de junio en San Juan, Puerto Rico, tras una ruta que incluía las principales ciudades estadounidenses, además de las canadienses Montreal y Toronto.
El anuncio se da luego de que el último sencillo del colombiano, «Sigue», junto a Ed Sheeran, se encaramara al número uno de la lista Latin Airplay de Billboard, el trigésimo quinto número uno que J Balvin logra en las clasificaciones de esta revista especializada.
Antes de eso, el pasado mes J Balvin fue objeto de críticas por parte del puertorriqueño Residente en una «tiradera», como se conoce a las canciones de la música urbana que con sus letras atacan a una persona o situación en particular.
Las disputas entre Residente y J Balvin se remontan al año 2021, cuando el colombiano sugirió un boicot a la ceremonia de los premios Latin Grammy de ese año.
El aumento de contagios de la covid-19 motivó que el lunes, la ciudad de Filadelfia (Pensilvania, EE.UU.) se convirtió en la primera gran urbe de Estados Unidos que vuelve a imponer el uso de mascarillas en interiores.