SANTO DOMINGO.- La Junta Central Electoral (JCE), planteó evaluar la eliminación del voto preferencial para reducir la complejidad del proceso de votación en caso de unificar de las elecciones municipales, legislativas y presidenciales en la República Dominicana.
En el documento, la JCE indica que es necesario evaluar la factibilidad política de eliminar el voto preferencial para las regidurías y vocalías implementando listas cerradas y bloqueadas, ya que son los dos niveles con mayor cantidad de candidaturas.
El órgano plantea que con la eliminación del voto preferencial se reduciría el tiempo en escrutinio y emisión de los resultados.
Implicaciones del proceso unificado
La propuesta de unificación plantea la realización de siete niveles de elección de forma conjunta, lo que incluye la elección de cargos municipales, legislativos y presidenciales en una única jornada electoral. Según el análisis de la JCE, esta modificación implicaría la implementación de cinco boletas diferentes por elector, lo que incrementaría significativamente el tiempo de votación y los niveles de escrutinio necesarios.
Se proyecta que, en promedio, cada elector tomaría entre cuatro y siete minutos para completar su voto, lo que podría ralentizar el proceso y generar largas filas en los centros de votación. Esto afectaría la capacidad de los colegios electorales para recibir votantes, calculándose que solo el 40% de los electores registrados en un colegio de 600 votantes podrían ejercer su derecho al sufragio en un día normal de votación.
Aumento de la complejidad en el escrutinio
El informe señala que, con siete niveles de elección y la participación de un elevado número de candidatos, los tiempos de escrutinio se extenderían considerablemente, lo que podría generar incertidumbre en los resultados finales. En las primeras horas de la noche se espera que solo los resultados de la elección presidencial sean divulgados, mientras que los resultados de las diputaciones, regidurías y vocalías podrían conocerse hasta la madrugada o al amanecer.
La JCE también advirtió sobre el riesgo de agotamiento físico de los actores del proceso, tanto en los colegios electorales como en las instancias administrativas, lo que aumentaría la posibilidad de conflictos contenciosos electorales y afectaría la confianza en el proceso.