Juan Bosch y la crisis del PLD en 1978

Aquel domingo, el día de la "intervención" que encabezaban los miembros del CP Frankyn Almeyda y José Joaquín Bidó Medina, se armó la de la Guerra de Troya.

“ Ahora sus herederos políticos, enfrentados por las intrigas de dentro y de fuera, podrían conducir al PLD a su destrucción y a la derrota de ellos mismos si no ponen freno a tiempo a las pasiones y las insensateces.”

Así concluyó un artículo que escribí hace siete años, en 2015. Lo titulé: La «Rebelión» en el PLD de 1978.

Recordé que después que transcurrieran cinco meses, el Partido de la Liberación Dominicana en diciembre conmemoraría su quinto aniversario a finales de 1978.

Evocaba problemas internos peledeístas de mediados de 1978, cuando una comisión del Comité Político del Partido acudió a imponer la disciplina en las filas del Comité Intermedio Pedro Albizu Campos dirigido por Gustavo Montalvo.

Bonito día de sol, en un localcito atosigado de jóvenes en la avenida 27 de Febrero esquina calle Rosa Duarte del barrio Don Bosco.

El Albizu Campos era una de las plataformas importantes del PLD. Cubría los barrios de Gascue y San Juan Bosco, de la clase media que comenzaba a simpatizar con la nueva organización política.

Yo era miembro de un comité de base del Pedro Albizu, organismo intermedio al que pertenecían también Felucho Jiménez y Reynaldo Pared Pérez, además de Temístocles Montás retirado en el exterior por sus estudios de doctorado en química.

Danilo Medina entonces era miembro del intermedio Máximo Cabral en el barrio de San Carlos, y Leonel Fernández pertenecía al intermedio Mauricio Báez de Villa Juana. Ajenos a todo esto ambos, no pensaban jovencitos a lo que un día llegarían como dirigentes políticos en el futuro.

La Guerra y la División.

Aquel domingo, el día de la «intervención» que encabezaban los miembros del CP Frankyn Almeyda y José Joaquín Bidó Medina, se armó la de la Guerra de Troya.

No podía desconocerse la Autoridad del CP, era el argumento utilizado para sustentar la acusación de que en el Comité Intermedio Pedro Albizu Campos habían sido violados los métodos de trabajo del Partido.

La Asamblea moderada por Montalvo prácticamente se rebeló.

Enterado del conflicto, el único Líder del PLD, Juan Bosch, decidió convocar un Pleno de Dirigentes al que también asistí. Se celebró este encuentro de militantes en el local de lo que es hoy el auditorio del Ministerio de Cultura en el Malecón de Santo Domingo, antes sede del Partido Dominicano de Trujillo.

Luego, en septiembre de 1978, dos meses después estalló la más grande crisis hasta entonces en la Historia del PLD. Renunciaron su primer Secretario General Antonio Abréu, y numerosos miembros del Comité Central entre los que estaban Euclides Gutierrez Félix, Franklyn Almeyda, Rafael Kasse Acta y tantos otros que con el tiempo debieron que retornar como cabos y rasos al Partido.

A pesar de todo, el PLD siguió creciendo, cuando se pensó que el «viejo» caduco y «loco» no iría para ninguna parte, como se decía de Juan Bosch.

No pretendo insinuar que ahora ocurra lo mismo, pues, como indicaba alguien, la segunda vez la Historia se repite como una farsa. Pero es bueno recordar estas cosas, cuando parece que suceden al revés.

Juan Bosch creó al Partido de la Liberación Dominicana como una nueva fuerza política destinada a crear una sociedad con un Estado independiente cuyo objetivo debía ser el lograr el completo desarrollo de sus conciudadanos en un ambiente de libertad creativa.

Por eso en su discurso del 15 de diciembre de 1973 cuando fundó el PLD -y yo estaba presente- proclamó que el propósito del nuevo partido era concluir la obra del Fundador de la República Dominicana, Juan Pablo Duarte. Además dijo que el PLD había de lograr que los dominicanos disfrutaran de derechos sociales y económicos en un país que tendrá que alcanzar el desarrollo.

El Líder histórico delineó con su conducta, con su testimonio de vida, con sus escritos y las cátedras magistrales contenidas en sus Obras Completas publicadas en el 2012, lo que debía ser El PLD.

Juan Bosch estableció una línea conductual clara, tanto en lo personal como en lo político. Educó en la aplicación teórica y práctica de los métodos de trabajo del Partido, que insistió fue creado para Servirle al Pueblo Dominicano.

Colofón.

La vida da lecciones.

Es verdad que la realidad es compleja.

Es verdad que la vida real es complicada.

Es cierto como escribió el Maestro que el ser humano es la materia más volátil que existe sobre la tierra.

Pero también es verdad que los seres humanos tienen al menos elementos racionales y sensibles para comportarse éticamente desde el punto de vista político, en el correcto manejo del Estado para enderezar entuertos y reasumir los propósitos esenciales para los cuales Juan Bosch fundó el PLD.

Todo esto es bueno que se recuerde a cincuenta y siete años de la Gesta de 1965 que se inició con el objetivo de restituir a Juan Bosch en la Presidencia de la República y cuyo Gobierno de 1963 es el modelo por excelencia al que generaciones de personas han visto como un ejemplo.