1.- En nuestro idioma hay toda una serie de conceptos que solo sabemos su real sentido y contenido al comprobar el alcance de los mismos. Es así como la práctica nos enseña la diferencia entre teoría y ejercicio.
2.- Cuando hablamos de estar en buen estado de salud, queremos significar que no estamos afectados de ninguna enfermedad, que permanecemos saludables, y aludir a estar preso es referirse a quien está recluido en un lugar o edificio que hace de centro penitenciario.
3.- En ocasiones resulta muy sencillo hablar o escribir de salud, recluso y cárcel. Tocar estos temas puede verse como frivolidad, algo insustancial.
4.- El asunto cambia de superficial a profundo cuando de manera seria abordamos sobre salud, cárcel y enfermedad poniendo las cosas en su punto, individualizando.
5.- Porque la sufrí en persona puedo hablar de la difícil situación que pasa un ser humano guardando prisión resulta afectado en su salud. Paso a escribir con conocimiento de causa.
6.- En el mes de mayo de 1965, encontrándome preso, desnudo en una especie de solitaria en la cárcel de La Victoria, me atacó una pulmonía, y gracias a mis compañeros de encierro, en ese momento, Freddy Beras Goico y el doctor Dato Pagán Perdomo, no morí asfixiado.
7.- He traído a la memoria el contratiempo que padecí encarcelado, ahora impulsado por lo que expongo a continuación con relación a Julian Assange, su prisión y estado de salud.
8.- Assange se encuentra actualmente recluido en un centro penitenciario del Reino Unido, y de su salud se sabe lo que escribo a continuación.
9.- “La última vez que Christophe Deloire y Rebecca Vincent, secretario general y directora de campañas de Reporteros Sin Fronteras (RSF) respectivamente, visitaron a Julian Assange en la cárcel de máxima seguridad de Belmarsh (Reino Unido), lo vieron muy desmejorado. Claramente, se encontraba mal y con dolor, con una costilla rota por la tos excesiva provocada por una enfermedad respiratoria”.[i]
10.- Cada persona sensible, sin tomar en cuenta su criterio político e ideológico, debe imaginarse el sufrimiento que acompaña a Julian Assange, en su doble situación de privado de libertad y enfermo.
11.- Los colegas del periodista Julian Assange, que le visitaron en la prisión, lo especificaron con claridad: «se encontraba mal y con dolor…» Lo he entendido perfectamente: mal y con dolencias. Atacado de un malestar, con dolor en su cuerpo, y es de suponer que con el tiempo estaría cada vez peor.
12.- Aquellos que tres y cuatro veces al año nos convertimos en pacientes, convalecientes graves atacados de neumonía, sabemos lo desesperante que es sentirse ahogado.
13.- Estar sin respiración en una cárcel y privado de doliente, no es lo mismo que, asfixiándose, tomar un celular, desesperado solicitar asistencia urgente a un cuidadoso, eficiente y sumamente preparado neumólogo, como Nicolás Batlle, Benjamín Hernández, Julio Burdiez, Plutarco Arias, u otros destacados especialistas de la rama, en Santiago.
14.- Sobrellevar un problema respiratorio es acongojarse, sentirse abatido y si ocurre estando preso, es como creerse estar en un infierno deseando mil veces la muerte.
15.- La mañana de hoy, al concluir este artículo, he pensado que cada dominicana o dominicano debe imaginarse el sufrimiento de sus tres connacionales que ayer, en el curso de la mañana, murieron como consecuencia de la inhalación de humo, por el incendio ocurrido en la Penitenciaría Nacional La Victoria.[ii]
16.- Luego de analizar en su conjunto lo que he expuesto, conviene retener la idea de que Julian Assange, está preso y con una costilla rota como consecuencia de la tos excesiva provocada por una enfermedad respiratoria. En conclusión, un periodista malamente y en prisión por dar a conocer al mundo verdades ocultas.