París.- La Justicia francesa imputó hoy a Armand Rajabpour-Miyandoab por el asesinato el pasado sábado a cuchilladas de un turista alemán de origen filipino junto a la torre Eiffel, al grito de «Alá es el más grande», y por intentar matar a otras dos personas.
El tribunal de instrucción inculpó a este franco-iraní de 26 años por tres delitos, tal y como había pedido la Fiscalía Nacional Antiterrorista de Francia (PNAT), según confirmó este miércoles a la prensa francesa la abogada del detenido, Safya Akorri.
Los cargos son asesinato terrorista, tentativa de asesinato terrorista y asociación terrorista de malhechores.
La PNAT también ha reclamado que se ordene el encarcelamiento de Armand Rajabpour-Miyandoab, una decisión que tras la imputación corresponde al llamado juez de las libertades y la detención.
Rajabpour-Minyandoab, que reivindicó el atentado en nombre del Estado Islámico, fue detenido inmediatamente después de su ataque en las proximidades de la torre Eiffel gracias a la intervención de agentes de policía, que lo redujeron con una pistola de impulsos eléctricos.
Horas después también fueron arrestados sus padres y una conocida suya, pero los tres quedaron en libertad sin cargos después de ser interrogados.
El atacante estaba bajo el radar de los servicios secretos franceses desde su salida de la cárcel en 2020, tras haber cumplido una pena por terrorismo de cinco años precisamente por haber preparado un ataque violento en el barrio de negocios de La Defense en París.
También era objeto de seguimiento psiquiátrico y su madre advirtió recientemente a las fuerzas del orden de que había detectado cambios en su comportamiento que le parecían inquietantes.
Pero la Policía no tenía ningún elemento que justificara su detención y cuando le propuso a la madre que pidiera el internamiento de oficio de su hijo, finalmente no quiso.
Esas circunstancias han generado polémica en Francia. El ministro del Interior, Gérald Darmanin, ha hablado de un fallo en el seguimiento psiquiátrico y ha propuesto una reforma legislativa para que las autoridades puedan intervenir en casos similares, por lo menos para obligar una evaluación del estado mental de una persona que se cree que podría cometer un atentado.
Darmanin ha explicado que alrededor del 30 % de las personas fichadas por radicalismo islámico tienen problemas psiquiátricos.
También se ha pronunciado sobre posibles ineficacias ante la amenaza terrorista -y frente a las críticas de la oposición- la primera ministra francesa, Élisabeth Borne, quien en una entrevista publicada este miércoles por el periódico Le Figaro aseguró que el Gobierno debe «examinar todos los eslabones de la cadena» e «ir más lejos» con los recursos para el seguimiento, si es necesario.
Pero de cara a los Juegos Olímpicos de París de 2024 prometió movilizar los recursos que sean necesarios y señaló que aunque no hay que ser «ingenuo», tampoco hay que dejarse llevar por la desinformación.
«Hemos frustrado 43 atentados desde 2017 y 1,500 personas han sido detenidas y puestas a disposición judicial por cargos relacionados con el terrorismo. Somos activos en estas cuestiones», aseveró Borne.