x

¿Justicia independiente… ahora? ¡Qué pechuses!

Imagen sin descripción
Escuchar el artículo
Detener

Danilo y Leonel, principalmente Danilo ahora, son los dueños del Ministerio Público y del Poder Judicial.

Pero son asimismo, en ese orden, los dueños del Congreso Nacional.

Compiten, pelean, pero a la vez procuran mantener la corporación PLD, con sus dos facciones mafiosas en pugnas, como fuerza predominante dentro del sistema institucional imperante; porque eso es lo que le permite a ambas facciones robar con garantías de impunidad.

• Esta institucionalidad no admite Justicia Independiente.

Ninguno de esos dos capos políticos quiere una Justicia Independiente. El que domina el Gobierno sabe que controla el Ministerio Público y el que controla el Congreso y el Consejo de la Magistratura sabe que tiene la posibilidad de dominar el Poder Judicial compuesto por los tribunales de la república, especialmente aquellos considerados fundamentales. Esto es así, aunque ambas facciones en pugna participen con cuotas concretas en una y otra vertiente, ya por herencias pasadas o ya por repartos de conveniencias.

Ninguna de esas facciones, y menos la preeminente en todas las instituciones va a aceptar, sin ser previamente derrotada políticamente, una justicia fuera del control de la cúpula del PLD y asociados.

En este orden institucional, bajo esta Constitución del 2010, no se puede pensar que su Gobierno, su Congreso, su Consejo de la Magistratura… acepten, por reclamo de una oposición sin mayoría en esos órganos de poder, establecer una Justicia Independiente, que equivale a afilar cuchillo contra su garganta.

Aquí los jorocones que roban, matan, trafican, estafan y abusan… son quienes controlan la llamada Justicia y también el Consejo de la Magistratura y el Congreso con poderes para modificar su composición. Y ese control ahora se ejerce desde la Presidencia de la República y el Comité Político del PLD.

Si la mafia palaciega acepta una Justicia Independiente dentro de esta institucionalidad, sencillamente se suicidaría y ni las clases dominantes ni las mafias gobernantes se suicidan. Para lograr eso habría previamente que tumbarlas, bajarlas o destituirlas.
• No hay peor ciego…

A pesar de una realidad tan notaria y tan confirmada en casos como el escándalo de ODEBRECHT y otros similares, en medio incluso de grandes movilizaciones reclamando justicia, aquí hay luchadores/as contra la corrupción que rehúyen ver y reconocer que la destitución del Presidente y su Gobierno Mafioso es una necesidad nacional para iniciar la limpieza y poder construir una Justicia Independiente.

Qué pena, se resisten a reconocer esta cruda realidad y el desafío que ésta nos impone. Se empecinan en sembrar falsas ilusiones, cuando incluso ese expediente retórico se desgasta por inviable. Y la insistencia ya se está pareciendo demasiado a eso de enarbolar un “engaña-bobo” cuando ya los bobos no abundan.

Y es que ya es muy evidente que el fin de la impunidad y la institucionalización de un sistema de verdadera justicia, tiene como pre-requisito el fin de este régimen, esto es, la destitución desde las calles, con movilizaciones y paralizaciones contundentes, del presidente Medina y su dictadura mafiosa, para dar paso a una transición democrática y a una reconstrucción institucional mediante un proceso constituyente.

Ahora debemos concentrarnos en alcanzar esa meta. Por difícil que ella aparente, en verdad esto es absolutamente necesario y posible.

Nuestro pueblo y otros pueblos de nuestra América lo han logrado cuando, como sucede ahora, le han cerrado perversamente otras rutas menos confrontativas.

Reitero que es una pena que una parte de los luchadores y luchadoras contra la corrupción se resistan a aceptar una realidad tan evidente, pero o rectifican a tiempo o el tsunami de un pueblo jarto de esta porquería habrá de irrespetarlos y aislarlos/as.

Comenta con facebook