La boca del lobo, la obra maestra de Elvira Lindo, escrita entre la fantasía y la realidad. De forma admirable, como en un cuento clásico describe la desprotección de la infancia.
Julieta, una niña, narra la historia, la incapacidad de encontrar interlocutores que le crean. Las personas que están para protegerla no la quieren escuchar.
Leer La boca del lobo es desgarrador, el viejo continente nos recuerda el abandono en que viven las niñas en República Dominicana; el embarazo en la adolescencia y sus consecuencias, las violaciones sexuales, la falta de educación sexual y reproductiva, el despertar de la menstruación como señal de peligro.
Elvira Lindo borda el desamparo de nuestras niñas. En su exquisita prosa la pequeña lleva la herida dentro y este miedo la invita a huir o la deja paralizada. A base de golpes la chica va aprendiendo a sacar el alma del cuerpo.
A pesar de que la autora ubica la novela en Sabina, en el valle de Ademuz, España, un pueblo donde Julieta y su madre llegan a pasar las vacaciones, en realidad, acontece en la imaginación del lector.
Una obra de arte es el relato que realiza Lindo del lugar. Un pueblo poco habitado, en comunión con la naturaleza. Muestra cómo se mimetizan los seres humanos y los animales. Detalla el sonido del bosque, la música del silencio. Más que un espacio desolado, se convierte en un edén, el lugar soñado.
Una novela con pocos personajes y mucha vida. Puntualiza sobre el amor, el erotismo, del precio que deben pagar las mujeres libres sexualmente, del poder de la culpa para inmovilizar, y poder terapéutico de escribir.
La magia de la obra está, entre otras, en contar de forma mágica, una historia cotidiana en nuestro país, donde las almas tienen voz, donde la poesía danza con la espiritualidad.
Elvira Lindo refiere: “Pero la vida no te da armas para defenderte cuando eres niña, te las concede cuando ya es demasiado tarde”.
Con tantas Julieta en nuestro país, y los responsables haciéndose fotos.
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