Anunciaba la Embajada de Estados Unidos su apoyo y acompañamiento a la Cámara de Comercio LGBT de la República Dominicana, dentro de su estrategia política, que busca crear una nueva ingeniería social en nuestro país.
Es esta una decisión política del Gobierno Norteamericano, con miras a la expansión de sus intereses sociales, económicos, culturales y políticos en los países de su interés. Se apoya, claro está, en la Agencia de Estado Unidos para el Desarrollo Internacional, el guante de seda que guarda sus armas más letales de dominación.
Promueve esta Agencia, la USAID, programas que persiguen la creación de nuevos deseos, nuevos sentimientos, nuevas necesidades y nuevos significados en la vida de nuestra población, con el objetivo político de cambiar las creencias en los ciudadanos. Sirven de soporte a estos planes hegemónicos: Universidades, organizaciones civiles, iglesias, organizaciones religiosas, colegios religiosos y laicos, organizaciones no gubernamentales, organismos del Estado, organizaciones políticas y organismos municipales.
Examinemos los planes que financia la USAID, en la Dirección Nacional de Drogas, en la Policía Nacional, en la Junta Central Electoral, en las Instituciones de Derechos Humanos, en las Fuerzas Armadas, en la Policía y en la Cancillería. Presten atención a los programas que financia en FINJUS, en Participación Ciudadana, en la Universidad Iberoamericana, en la Pontificia Madre y Maestra, en INTEC, por solo citar algunos casos.
Son programas multimillonarios de donación, a los cuales nadie pone reparos. Hay escándalos irresponsables en los Partidos Políticos, en la Junta Central y en las Iglesias por la lucha de interés, pero, sobre todo, por el riesgo doctrinal y cultual que esta decisión representa. Ven una amenaza en la Cámara LGBT de la República Dominicana. Por esto, promueven el miedo al carecer de la competencia dialéctica, cristológica y teológica para afrontar este nuevo desafío político.
Sirve de poco la fe, cuando la predica y la pastoral de la iglesia goza de un equilibrio difícil. Es que han privilegiado el sermón, en vez de fortalecer la predica. Olvidaron el papel socializador de la iglesia, en la construcción de una fe venturosa, con porvenir social espiritual y humano basada en la razón cristiana.
Vivimos nuevos tiempos, donde la inteligencia humana, en su dinámica crea nuevos significados de convivencia y nuevos significados de vida. Como la política, la escuela, la iglesia y la cultura son los grandes desertores de este proceso, por tanto, otras instituciones, como la Cámara LGBT, ocupan el lugar abandonado.