ALEMANIA.- La Unión Cristianodemócrata alemana (CDU), el partido de la canciller Angela Merkel, se propone renovar al completo su cúpula tras la derrota sufrida por su candidato, Armin Laschet, en las elecciones generales del pasado 26 de septiembre.
El secretario general del partido, Paul Ziemiak, anunció, al término de la reunión de la presidencia del partido, la celebración de una conferencia a escala de jefes de distrito, el 30 de octubre, que deberá decidir cómo implicar en el proceso de decisión a las bases del partido.
A continuación se convocará un congreso federal, previsiblemente entre diciembre y principios del año próximo, al que competerá la elección de la nueva presidencia en su totalidad.
El propósito es «lograr una amplia vinculación» de las bases en ese proceso, indicó Ziemiak, aunque sin concretar en qué medida. Hasta ahora, la elección del presidente y restantes miembros de la cúpula correspondía al congreso federal.
Algunos destacados miembros de la CDU, como el presidente del Parlamento y exlíder del partido Wolfgang Schäuble, insisten en que el congreso es el único gremio facultado para hacerlo. Recuerdan que en él están representadas las bases a través de los 1.001 delegados que tradicionalmente participan en las convenciones.
Otras figuras de la formación, especialmente los defensores de su renovación generacional o del este del país, vienen reclamando una mayor implicación de las bases, sea a través de una consulta -aunque los estatutos del partido establecen que no sería vinculante- o en otro formato.
Laschet anunció la semana pasada su disposición a dejar la presidencia, para la que fue elegido a principios de enero, y de dirigir el proceso de renovación del partido.
El candidato del bloque conservador hizo esta declaración presionado por las fuertes tensiones y críticas internas de quienes lo consideran el principal responsable de la derrota sufrida en las generales, en que quedó en el mínimo histórico del 24,1 %.
Armin Laschet se impuso como presidente de la CDU en un duro pulso con el ala más derechista del partido en enero. Dos meses después logró la designación como candidato del bloque, integrado por la CDU y su hermanada Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), puesto al que también se postulaba el líder bávaro Markus Söder.
Las críticas sobre Laschet tras la derrota han procedido de múltiples corrientes internas, tanto la más derechista como la de los llamados renovadores.
Con su disposición a dejar la presidencia se ha reabierto el duelo sucesorio por la jefatura del partido que Merkel dejó en 2018, tras 18 años en el puesto.
Entonces se eligió como sucesora a su secretaria general, Annegret Kramp-Karrenbauer, leal a la línea de Merkel y favorita a luchar por la cancillería en las siguientes elecciones generales. Pero tiró la toalla a principios de 2020 cuestionada en su liderazgo.
La elección de la nueva jefatura quedó obstaculizada por las restricciones derivadas de la pandemia y sucesivos dilemas internos. Finalmente ganó la partida Laschet, pese a su escaso carisma y poca valoración entre el ciudadano.
El proceso de renovación de los conservadores se produce mientras socialdemócratas, verdes y liberales tantean una futura coalición de gobierno, presumiblemente liderada por Olaf Scholz, vicecanciller y ministro de Finanzas en la gran coalición saliente de Merkel.
El Partido Socialdemócrata (SPD), liderado por Scholz, obtuvo un 25,7 %, cinco puntos más que en 2017, mientras que los Verdes lograron su mejor resultado histórico, con un 14,8 %, y los liberales quedaron en un 11,5 %.
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