Miguel Guerrero.
Motivado por la insistencia de un lector de evidente militancia oficialista identificado sólo como Héctor G, él utiliza minúsculas tal vez guiado por el inconsciente, acerca de dónde estaba mucha gente que hoy critica o mantiene cierta independencia del Gobierno durante la administración de Hipólito Mejía, me tomé el trabajo de revisar buena parte de lo publicado en la prensa nacional durante los primeros tres años de esa administración y no pude encontrar una sola declaración del actual Presidente que pudiera calificarse como crítica de ese régimen. Y como podría suceder con Héctor me pregunté ¿dónde estaba el señor Fernández ? Lo único que pude hallar fueron las reseñas de varias intervenciones suyas en las que defendía la responsabilidad de su administración en el llamado caso PEME, dormido hoy, como quedará siempre, en algún extraviado archivo de la justicia.
Preocupado por el grado de responsabilidad que en lo personal hubiera podido tocarme por el silencio colectivo ante lo ocurrido durante ese breve período del largo e interminable desastre político nacional, encontré, para mi propia tranquilidad, que no guarde silencio. Y que probablemente el sonido de mi voz no llegara a los oídos de lectores como Héctor porque no es lo suficientemente alta para dejarse escuchar, por muchas y diversas razones. La primera, mi humilde condición de inexperto periodista, la segunda el total desconocimiento que se tiene de mi en las altas esferas de decisión y de poder de la sociedad en que vivo.
Tal vez si voces tan respetadas como las que hoy dominan el escenario político nacional, hubieran salido entonces de sus escondites, la tragedia de esos días no hubieran trastornado la vida de la nación, y no hubiéramos tenido que apelar a cinco reformas tributarias para salir a flote de una crisis que todavía hoy traza el curso de nuestras vidas como ciudadanos.