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La columna de Miguel Guerrero

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Miguel Guerrero.

La agresiva actitud asumida por el dirigente oficialista Euclides Gutiérrez contra la prensa nacional, es un acto de demencia política que cuestiona seriamente el compromiso de su organización y del gobierno de defender la libertad de expresión y otros valores democráticos.

El silencio del gobierno ante tan irracional comportamiento de un alto funcionario de la administración y el del partido y su candidato frente a tal agresión de un miembro de su máximo organismo de dirección, es realmente sorprendente e injustificable.

Sus intentos de intimidar a los anunciantes del programa de la periodista Nuria Piera, amenazándoles con iniciar acciones legales por el patrocinio comercial de un espacio en el que se cree difamado, es un grave ataque a la libertad de prensa, acción que ya una vez se intentó sin éxito contra otra periodista de investigación, Alicia Ortega, por otro funcionario del actual gobierno.

El señor Gutiérrez está dando un mal ejemplo del que hace compromisario a su partido y al gobierno del que forma parte, prevaliéndose de su doble condición de funcionario y dirigente político en el poder.

Su acción afecta a toda la prensa y ello explica el respaldo que en esta oportunidad, como pasara anteriormente con una tentativa similar, ha encontrado la señora Piera de una buena parte de sus colegas.

Es insólito que un veterano político e intelectual como el señor Gutiérrez se haya negado a pagar el consumo de electricidad con argumentos inválidos, en una actitud de prepotencia que le ha originado una oleada de repudio creciente por las redes sociales.

Su actitud es violatoria de la Ley de Electricidad, por la que decenas a de miles de dominicanos han sido condenados por infracciones menores, y una invitación al país a hacer lo mismo, poniendo en riesgo todo el sistema eléctrico y la paz nacional. El silencio oficial es una ofensa al buen sentido.

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