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La columna de Miguel Guerrero: El valor del voto

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Miguel Guerrero.

El deterioro de nuestras ciudades y en especial el del entorno turístico es incomprensible. La escasez de recursos es sólo una excusa.

Quienes han tenido la oportunidad de conocer o visitar otras ciudades en el exterior saben que lo nuestro es simplemente una cuestión de descuido, dejadez y falta de voluntad para atender las urgencias.

Dinero hay de sobra y se gasta aquí a granel. La basura se encuentra por doquier y las áreas verdes están repletas de desperdicios y restos de utensilios plásticos, cuyo proceso de degradación dura décadas con efectos nocivos sobre el medio ambiente.

La situación es hija de las malas escogencias electorales. Elegimos autoridades que no se ocupan de sus comunidades y tienen por lo regular prioridades muy distintas.

Cuando nos toque volver a elegir a los congresistas y autoridades municipales, con toda seguridad, y no quiero ser pesimista, se renovarán los viejos vicios y las malas prácticas que asfixian nuestras ciudades, pueblos y aldeas.

El juego político está diseñado para perpetuarlas y preservar los irritantes privilegios que la clase política se asigna a sí misma.

La mala calidad de la educación es el instrumento que hace esa perpetuación posible. Si los electores dominicanos fuéramos más conscientes de nuestras obligaciones ciudadanas, cosa sólo posible al través de un mejoramiento de la calidad del sistema educativo—ciudadanos más educados mejores ciudadanos y más conscientes de sus deberes y derechos—se escogieran a personas más capaces para el desempeño de funciones públicas, y los partidos no tendrían más remedio que seleccionar cuidadosamente a sus candidatos.

Contrario a la lógica elemental, en lugar de avanzar con cada proceso electoral retrocedemos en materia institucional. Es preciso pues valorar la importancia del voto, especialmente en las elecciones del próximo 20 de mayo.

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@GuerreroMiguele

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