Londres.- La propuesta de adquisición de la firma de videojuegos Activision Blizzard por parte de Microsoft puede resultar en precios más altos, menos opciones o menos innovación para los jugadores del Reino Unido, señaló este miércoles la Autoridad británica de la Competencia y Mercados (CMA, en inglés).
De acuerdo con las conclusiones provisionales de su investigación, la CMA -regulador de la competencia- señala que una eventual fusión puede fortalecer a Microsoft, afectar a la competencia y dañar la rivalidad entre su consola Xbox y la PlayStation de Sony.
El acuerdo está valorado en unos 75.000 millones de dólares (69.825 millones de euros).
Activision Blizzard es el creador de una serie de videojuegos populares, incluido «Call Of Duty», y los competidores han expresado su preocupación de que la adquisición de Activision por parte de Microsoft podría restringir su acceso a la popular franquicia.
La CMA observó que la compra de una de las firmas de videojuegos más importantes del mundo reforzaría la sólida posición de Microsoft y reduciría sustancialmente la competencia.
Martin Coleman, presidente del panel de expertos a cargo de la investigación del acuerdo, dijo que hay unos «45 millones de jugadores en el Reino Unido, y la gente en el Reino Unido gasta más en videojuegos que en cualquier otra forma de entretenimiento».
«La fuerte competencia entre Xbox y PlayStation ha definido el mercado de juegos de consola en los últimos 20 años. Los nuevos y emocionantes desarrollos de juegos en la nube están brindando a los jugadores aún más opciones», agregó.
«Nuestro trabajo es asegurarnos de que los jugadores del Reino Unido no se vean atrapados en el fuego cruzado de acuerdos globales que, con el tiempo, podrían dañar la competencia y generar precios más altos, menos opciones o menos innovación. Hemos resuelto provisionalmente que este puede ser el caso aquí», subrayó.
Según los medios, los hallazgos del regulador suponen un duro golpe para Microsoft, que también afronta investigaciones en materia de regulación en Bruselas y EEUU para impulsar su acuerdo más grande y convertirse en la tercera compañía de juegos más grande en términos de ingresos, detrás de la china Tencent y la japonesa Sony.