Como es natural y comprensible, la atención en torno al Covid-19 se centra en las muertes y contagios y los efectos negativos en la economía, pero hay otros aspectos y consecuencias en el drama humano que preocupan mucho por los cambios que impone en la cultura y los estilos de vida, bajo la égida de lo que se ha dado en llamar la covidianidad o nuevas realidades que trae aparejada la pandemia.
La vida familiar, las tradiciones, el ritmo cotidiano y hasta los cultos religiosos han comenzado a experimentar cambios significativos que podrían prolongarse y hasta perpetuarse, debido a que los expertos en la materia han dicho que, dada las características de la actual pandemia, es casi seguro que tendremos que acostumbrarnos a cohabitar con ella porque habría llegado para quedarse, por lo menos por un largo tiempo.
En estos días hemos visto como una sentida y arraigada tradicional hogareña como la celebración del Día de los Padres se vio reducida y un tanto deslucida en la parte emocional y afectiva, al tener que celebrarse a distancia para evitar contagios, ya que el estado de emergencia y el toque de queda alteraron los acostumbrados encuentros y agasajos.
En muchos casos las celebraciones tuvieron que hacerse a través de videollamadas o de regalos entregados, no personalmente como se solía hacer con gran alborozo, dando a esta festividad un vigor que tendía a afianzar los lazos y valores familiares.
Debido a todo esto el término covidianidad ha adquirido gran difusión en el lenguaje, ya que alude a los cambios en la vida cotidiana impuestos por la pandemia del covid-19 y es una palabra bien formada, por lo que su uso es válido, según han planteado entidades que se dedican a cuidar el empleo correcto del castellano.
En los medios de comunicación dominicanos pueden leerse en los últimos días frases como «Presidente Medina: el miércoles entramos en la etapa de la “covidianidad”», «La realidad que ha creado la pandemia en prácticamente todos los países del mundo nos impone, en la frase de un conocido publicista, una “nueva covidianidad”», «Es verdad que dentro de la “covidianidad” nos hemos visto obligados a ceder y renunciar a parte de nuestras libertades» o «Esta nueva “covidianidad” también nos invita a reinventarnos y a ser más conscientes de nuestras responsabilidades con el mundo que nos rodea».
En vista de que todo indica que habrá que cohabitar durante un largo tiempo con el Covid-19, es indispensable aplicar en el país nuevos protocolos de salud e higiene en el trabajo y en el transporte para minimizar la posibilidad de contagio y evitar que el sistema de salud colapse por una ola masiva de personas enfermas al mismo tiempo.
Es por esto que diversas entidades han formulado un llamado a las autoridades de salud a tomar las previsiones de lugar para que el sistema de salud no se vea expuesto a una situación de incapacidad a tal nivel, que las personas que requieran cuidados en medio de la pandemia se vean imposibilitados de acceder a servicios médicos y asistenciales para preservar sus vidas
En otras palabras, debemos estar conscientes y prepararnos para desarrollar una nueva normalidad que haga compatible la salud con el trabajo y, por ende con la dinámica económica mientras perdura esta pandemia que ha estremecido al mundo entero sin distinción de clases sociales, poderío económico o preponderante política.
