La debilidad institucional

Miguel Guerrero.

La enorme influencia del Ejecutivo sobre los demás poderes del Estado ha destruido cuantas iniciativas han sido impulsadas para fortalecer las instituciones y convertirnos en una auténtica democracia.

Y es poco probable en nuestro ambiente político poder avanzar en una dirección que nos permita recuperar el tiempo perdido en esa búsqueda permanente de institucionalidad y respeto a la Constitución y las leyes.

Pongo por ejemplo, lo que ha ocurrido en Colombia, país golpeado por las guerras contra el narcotráfico, las guerrillas y los paramilitares, donde sin embargo las instituciones funcionan y los funcionarios, desde el presidente mismo hasta el menos encumbrado de los servidores públicos, está obligado a observar la ley y respetar las normas establecidas.

El caso más ejemplarizador, imposible de imaginar en República Dominicana, se tiene con la investigación que los mecanismos de justicia llevaron a cabo contra el ex presidente Uribe y algunos de sus más cercanos colaboradores, de los cuales ya varios guardan prisión.

La pesquisa trataba de establecer la ligazón de Uribe con una operación ilegal de escuchas telefónicas, vinculadas al proceso de reforma constitucional que le permitió reelegirse para un segundo mandato. En Davos, se le preguntó en esos días al presidente Santos, su sucesor y ex ministro de Defensa, cómo reaccionaría si las investigaciones sobre el escándalo de las escuchas ilegales alcanzaran a Uribe, y su respuesta es un aleccionador ejemplo de respeto a las instituciones e independencia de la justicia. Dijo que se sentiría muy triste, sin poder hacer nada por él. “Si pasa, que así sea”, respondió.

En este país, en cambio, para desgracia nacional, todos estamos conscientes de que las abarcadoras escuchas ilegales, son una fuente de información oficial y evidente muestra de flaqueza institucional.

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@GuerreroMiguele