La población analiza los motivos por los cuales el presidente
de la Republica, Danilo Medina, decidió entregar la banda presidencial al
presidente electo, Luis Abinader, en ceremonia privada, vía el presidente del Senado.
Algunos consideran que es inaudito, indelicadeza, irrespetuoso; que huye de los
abucheos; otros respetan su decisión, piensan que tendrá sus razones.
Hay mucha tensión en el pais. En los últimos meses han surgido eventos nacionales
e internacionales que han arropado la población y que han mantenido al gobierno,
trabajando sin descanso. Dentro de ellos, el Coronavirus; las elecciones
presidenciales, congresionales y municipales celebrada en medio de la pandemia;
los problemas en la JCE; las imprevistas medidas que el gobierno se ha visto precisado a tomar por la pandemia, para evitar contagios,
muertes y hambre; la economía afectada negativamente; la tormenta Isaías, desbordando
ríos, destruyendo viviendas, llevando hambre;
la inesperada bofetada de Leonel Fernandez al PLD, dividiéndolo, por no ponerlo
de candidato; el perder las elecciones, etc.
A causa de estos eventos y del confinamiento, el
presidente Medina, como máximo responsable del destino de la nación, aunque con
rostro sereno, debe estar muy afectado, agotado. Es posible que por esos
motivos haya decidido entregar las riendas del poder, sin estar presente para
el discurso, tedeum etc. ¡Llueven las conjeturas! de quienes consideran que
debe asistir y no romper la tradición; quizás lamentan perder la oportunidad de
hacer catarsis, de expresarle, personalmente, su sentir.
Parecería que tomó esta decisión porque hay mucha
tensión acumulada en la población, a causa del confinamiento u otros hechos;
hay quienes buscan donde descargar “el quille” que le produce. Para muchos,
Danilo es el blanco perfecto; lo acusan hasta de ser culpable, de que llegara
el coronavirus. Pensando en las emociones incontrolables, luce prudente, cautelosa,
si la ley lo permite, que opte por no asistir al cambio de mando. Es una
decisión engorrosa para alguien que como el, sabe recibir con serenidad las
fuertes bofetadas de la vida. Bueno, en caso de que cambie de idea, también puede optar por hacer a la
Asamblea Nacional “una visita sorpresa”.
Cabe recordar
que, en el pasado, en ningún cambio de mando, los presidentes salientes pasaron
por un stress tan fuerte como el que ha vivido Danilo Medina, y que se desprende
de hacer elecciones en medio de una terrible pandemia; y peor aún, tener que reducir
el tiempo de traspaso de mando, como se ha hecho ahora. El presidente Medina ha tenido que trabajar
rápido y cargar muy pesado para despejar el escenario.
Afortunadamente, el Lic. Abinader es inteligente;
sabrá entenderlo; de la misma manera que comprende los motivos por lo que
escasos jefes de estados y comisiones internacionales, harán acto de presencia.
Entre cuidar el
pueblo de la pandemia, economía y negocios que se derrumban, elecciones que se
realizan, terminar obras y recoger la maleta, el presidente Medina debe estar super
agotado; al extremo de que decidió enviar “la llave del Palacio” a Abinader. Respetemos
su decisión; dejémoslo descansar y encauzar su vida.
Pidámosle a Dios que, al nuevo mandatario, Luis
Abinader, le de luces, sabiduría, para asumir las arduas tareas a emprender;
para cuidar la salud del pueblo, para llevar
progreso y alegrías a la gente; pidámosle a Dios para que nunca
vacilemos en apoyar y reconocer, con objetividad, sus buenas acciones.